Vida interior (espiritualidad católica)
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La vida interior es una vida que busca a Dios en todo, una vida de oración y la práctica de vivir en la presencia de Dios. Connota una conversación íntima y amistosa con Él, y una decidida atención a la oración interna frente a las acciones externas, mientras estas últimas se transforman en medios de oración.
Según Juan Pablo II, la afirmación de Jesús sin mí no podéis hacer nada (cf. Jn 15,5) es una verdad que "nos recuerda constantemente el primado de Cristo y, en unión con él, el primado de la vida interior y de la santidad".
En su primera encíclica Deus caritas est, Benedicto XVI subrayó que el hombre "no puede dar siempre, debe también recibir", y señaló la urgencia y la importancia de experimentar en la oración que Dios es Amor. Enseñó que el diálogo del cristiano con Dios "permite que Dios actúe", ya que Dios es "el único que puede hacer que el mundo sea bueno y feliz."[1]
Según John Tauler(1290-1361) la vida interior es la condición de nuestra alma, las ofensas a Dios que hemos cometido. El hombre puede aprender la diferencia entre las diversas clases de pecados, para pensar en ellos más inteligentemente, y así tener mayor dolor por ellos y guardarse más cuidadosamente de cometerlos. Ataca tus faltas, condénalas con valor decidido. Las faltas interiores son un verdadero obstáculo para la vida espiritual. Hay que estar en guardia porque Dios no dejará que estas faltas queden impunes.[2]