Tiranía de la mayoría
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La tiranía de la mayoría (o tiranía de las masas) es una debilidad inherente al gobierno de la mayoría en el que la mayoría de un electorado persigue exclusivamente sus propios objetivos a expensas de los de las facciones minoritarias. Esto da como resultado una opresión de grupos minoritarios comparable a la de un tirano o déspota, argumentó John Stuart Mill en su libro de 1859 Sobre la libertad.[1]
Los escenarios en los que se produce la percepción de la tiranía son muy específicos, implicando una especie de distorsión de las precondiciones de la democracia:
- Exceso de centralismo: cuando el poder centralizado de una federación toma una decisión que debe ser local, rompiendo con el compromiso con el principio de subsidiariedad.[2] Las soluciones típicas, en esta condición, son reglas de mayoría concurrente y supermayoría.
- Abandono de la racionalidad: cuando, como recordaba Tocqueville, una decisión «que basa su pretensión de gobernar en números, no en la rectitud o la excelencia».[3] El uso de consultas públicas, órganos de consultoría técnica y otros mecanismos similares ayudan a mejorar la racionalidad de las decisiones antes de votarlas. La revisión judicial (por ejemplo, declaración de nulidad de la decisión) es la forma típica después de la votación.
En ambos casos, en el contexto de una nación, los límites constitucionales a los poderes de un cuerpo legislativo y la introducción de una declaración de derechos se han utilizado para contrarrestar el problema. También se puede implementar separación de poderes (por ejemplo , acciones de mayoría legislativa y ejecutiva sujetas a revisión por parte del poder judicial) para evitar que el problema ocurra internamente en un gobierno.[4]