Salar la tierra
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Salar la tierra,[1] es un ritual que consiste en echar sal sobre las ciudades conquistadas para simbolizar su reinhabilitación.[2][3] Se originó como una práctica simbólica en Oriente Próximo y se convirtió en motivo de folclore durante la Edad Media.[4] No hay pruebas de que en algún caso se llegase a aplicar la cantidad de sal necesaria para inutilizar un terreno.