Represión en la zona republicana durante la guerra civil española
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La represión en la zona republicana durante la guerra civil española fue una sucesión de acciones violentas cometidas en el territorio del bando republicano durante la guerra civil española.[1][2]
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Represión en la zona republicana durante la guerra civil española | ||
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Parte de Guerra civil española | ||
Zonas sublevada y republicana en agosto y septiembre de 1936. | ||
Localización | ||
País | España | |
Datos generales | ||
Tipo | represión política | |
Objetivo |
Bando sublevado Iglesia católica Empresarios, industriales, terratenientes y políticos de la derecha | |
Participantes | Bando republicano | |
Histórico | ||
Fecha de inicio | 1936 | |
Fecha de fin | 1939 | |
Desenlace | ||
Muertos | 85.940 | |
Dichas acciones eran cometidas por grupos de revolucionarios contra aquellos a los que percibían como sus enemigos de clase. En España, eso incluía tanto a empresarios, industriales, terratenientes y políticos de la derecha como a miembros y bienes de la Iglesia católica, a quien tradicionalmente las fuerzas de izquierda había visto siempre como alineada junto a las clases capitalistas y reaccionarias, y actuando como un factor necesario para la alienación del obrero.[2][3][4][5] El número de religiosos católicos muertos, sin contabilizar los seglares, se ubicaría en torno a los 6000 y 6800.[6][7]
El golpe de estado de julio de 1936 y la revolución social que lo siguió en la zona que quedó en poder de la República provocaron el colapso del Estado y de sus aparatos coercitivos ―el ejército fue disuelto y los cuerpos policiales sufrieron una profunda mutación―. Ocuparon su lugar multitud de «micropoderes» ejercidos por comités y milicias obreras y también por restos de algunas unidades policiales y de organismos oficiales. Estos «micropoderes» ejercieron las funciones propias de los aparatos policiales y judiciales del Estado y protagonizaron la intensa violencia política que se desató especialmente en los primeros meses de la guerra contra los «derechistas» y «facciosos» de la retaguardia republicana ―un colectivo especialmente perseguido fueron los religiosos―.[8][2][3][4]
Los centros de detención que usaron se denominaron generalmente «checas», (no confundirse con la checa originaria bolchevique).[9][10] En las prisiones los encarcelados por motivos políticos ―los «derechistas»― fueron objeto de malos tratos, de vejaciones y de trabajos forzados, especialmente cuando los encargados de su custodia eran milicianos y no funcionarios.[11]