Religión protoindoeuropea
creencias de la religión politeísta practicadas por el antiguo pueblo protoindoeuropeo / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
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La religión protoindoeuropea es el conjunto de mitos, deidades y creencias practicadas por los pueblos protoindoeuropeos, los hipotéticos hablantes del reconstruido idioma protoindoeuropeo. Si bien no hay evidencias directas de los motivos mitológicos – en tanto los hablantes de protoindoeuropeo vivieron en sociedades preliterarias – académicos en el área de la mitología comparada han reconstruido detalles a partir de similitudes heredadas entre lenguas indoeuropeas, basados en el supuesto de que partes de los sistemas de creencias originales protodoindoeuropeas sobrevivieron en tradiciones heredadas.[nota 1]
La existencia de similitudes entre los dioses y las prácticas religiosas entre los pueblos indoeuropeos sugiere que en cualquiera de las poblaciones que ellos formaran tenían una forma de religión politeísta. De hecho, el conocimiento que se tiene de la religión protoindoeuropea se basa en conjeturas basadas en la historia posterior de los pueblos indoeuropeos, en la evidencia lingüística común a las lenguas indoeuropeas y en las religiones comparadas.
El panteón protoindoeuropeo incluye una serie de deidades reconstruidas de manera segura, ya que son a la vez cognados—hermanos lingüísticos de un origen común—, y están asociadas a atributos y cuerpo de mitos similares: como *Dyḗws Ph₂tḗr, el dios de la luz del día-cielo; su consorte *Dʰéǵʰōm, la madre tierra; su hija *H₂éwsōs, la diosa del amanecer; sus hijos los Gemelos Divinos; y *Seh₂ul, una diosa solar. Algunas deidades, como el dios del clima *Perkʷunos o el dios pastor *Péh₂usōn, sólo están atestiguadas en un número limitado de tradiciones – occidentales (europeas) y greco-arias, respectivamente- y, por tanto, podrían representar adiciones tardías que no se extendieron por los distintos dialectos indoeuropeos.
Algunos mitos también pueden datarse con seguridad a la época protoindoeuropea, ya que presentan indicios lingüísticos y temáticos de un motivo heredado: una historia que representa a una figura mítica asociada con el trueno y que mata a una serpiente de varias cabezas para liberar torrentes de agua que habían sido retenidos previamente; un mito de la creación que implica a dos hermanos, uno de los cuales sacrifica al otro para crear el mundo; y, probablemente, la creencia de que el Otro Mundo estaba custodiado por un perro guardián y sólo se podía llegar a él cruzando un río.
Existen varias escuelas de pensamiento sobre las posibles interpretaciones de la mitología protoindoeuropea reconstruida. Las principales mitologías utilizadas en la reconstrucción comparativa son la indoirania, la báltica, la romana y la nórdica, a menudo apoyadas también con evidencia proveniente de las tradiciones celta, griega, eslava, hitita, armenia, iliria y albanesa.
Se pueden encontrar suficientes pistas de esta religión ancestral en las coincidencias entre idiomas y religiones propias de las personas indoeuropeas como para presuponer que esta religión existió, aunque cualquier detalle es una conjetura. Mientras las similares costumbres religiosas entre las gentes indoeuropeas pueden facilitar evidencias de una herencia religiosa compartida, una costumbre compartida no indica necesariamente una fuente común para dicha costumbre; algunas de esas prácticas pueden haber surgido en un proceso de evolución paralelo.
Según algunos ensayos divulgativos, en la raíz de la cultura indoeuropea ya existía la creencia de que existe algo después de la muerte, como revelan los ajuares funerarios de los kurganes y otros restos arqueológicos documentados.
Investigadores como Marija Gimbutas, Antonio Blanco Freijeiro y Georges Dumezil afirman que la primera naturaleza de los diversos dioses que adoraban los diferentes pueblos indoeuropeos probablemente fuera de carácter celestial, atmosférico o incluso astrológico, asumiendo la idea de que las divinidades vivían en los cielos y desde ellos se manifestaban. De hecho, los grandes dioses indoeuropeos, como el nórdico Thor, hitita Tarhun, indio Indra o el griego Zeus, son Señores del Rayo.[1]
Otros autores en cambio, como Antoine Meillet, se muestran escépticos a la idea de una religión raíz entre los indoeuropeos, debido a la enorme diversidad de cultos identificada desde los yacimientos más antiguos.
De hecho, las prácticas culturales entre los pueblos indoeuropeos son tan variadas que es imposible situar con exactitud un solo ritual que se remonte al período común. Pero al lado del «culto positivo» (el sacrificio) en donde la concepción se ha manifestado como contradictoria, existe un «culto negativo» consistente en prohibiciones. El vocabulario distingue en el seno de varias lenguas un sagrado positivo y un sagrado negativo.
En el indoiranio, la raíz iazh que designa al culto en general, significa etimológicamente ‘no ofender’, ‘respetar’. Una similar evolución se da en el griego de épocas históricas con el verbo σεβασμός (sevasmós). En germánico antiguo el reemplazo del antiguo nombre de los dioses *teiwa (*deywo) por *guda «libación», solo es comprensible a partir de expresiones tales como «respetar las libaciones (acompañando los pactos solemnes»). En fin, es a partir del culto negativo cuando ha sido creada la designación de «religión» en la mayoría de las idiomas europeos: en latín, religio significa ‘escrúpulo, respeto escrupuloso’, en particular en lo concerniente a los pactos: la religio sacramenti (‘respeto a la palabra dada’).[2]