Prosa medieval posterior a Alfonso X
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Por prosa posterior a Alfonso X se entiende toda la obra en prosa compuesta entre la muerte de Alfonso X (1284) y el fin de la literatura de la Edad Media en España.[1]
La llegada de Sancho IV el Bravo al trono estuvo motivada, en parte, por el rechazo de un sector de la alta sociedad castellana a la política de Alfonso X y a su admiración por la cultura árabe y judía.[2] Por ello, el rey reaccionará contra estas tendencias, apoyado por su mujer, María de Molina. Esta actitud ortodoxa, acorde con el cristianismo y la moral conservadora se conoce como «molinismo», cuyos principios básicos son: anteponer a Dios sobre todas las cosas, esforzarse en terminar las buenas obras y guiarse por la razón —el «seso natural»—.[3]
La corte se convierte en asiento de un nuevo modelo cultural. Esto no significa que el entramado literario que había propiciado el Rey Sabio desaparezca, sino que se ajusta al marco ideológico con el que los nuevos monarcas quieren identificarse. Ahora, triunfará el cultivo de la razón —frente a la búsqueda del saber— y la defensa del cristianismo se realizará no solo en el campo de batalla, sino en los textos —Barlaam e Josafat o la Gran conquista de Ultramar, por ejemplo—.[4]
Ramón Menéndez Pidal calificó como «muy pobre y discutida» la actividad intelectual durante este reinado.[5] No obstante, a la luz de las nuevas investigaciones, debe replantearse esta afirmación. Así, el profesor Orduna propone la existencia de un grupo intelectual surgido en torno a la escuela catedralicia de Toledo, con un proyecto cultural y político bien definido y cuya acción y estímulo determinó la aparición de un importante conjunto de textos, los cuales hasta ahora han sido vistos como hitos aislados o inconexos. Incluso piensa que la producción de Don Juan Manuel —amigo del arcediano Ferrán Martínez, posible autor del Libro del cavallero Zifar—[6] y el Libro de buen amor[7] podrían estar determinados por el programa cultural que elaboró la escuela catedralicia de Toledo. Por lo tanto, serían atribuibles a la corte del rey Sancho IV varias obras, clasificadas en: