Poesía homoerótica hispanoárabe
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Hay una recurrente presencia de poemas de carácter homoerótico en la poesía hispanoárabe. La literatura erótica, a menudo de la más alta calidad, floreció en la cultura islámica en una época en que la homosexualidad, introducida como un refinamiento cultural en la cultura omeya,[1] desempeñaba en ella un papel importante.
Entre los reyes andalusíes la práctica de la homosexualidad con jóvenes era bastante corriente; entre ellos, el abadí Al-Mu'tamid de Sevilla y Yusuf III del reino nazarí de Granada escribieron poesía homoerótica.[2] La preferencia por los esclavos cristianos en lugar de mujeres o efebos de su propia cultura contribuyó a provocar la hostilidad de los reinos cristianos.[3] También entre la comunidad judía de al-Ándalus la homosexualidad fue incluso normal entre la aristocracia.[4]
La contradicción entre la condenatoria legalidad religiosa y la permisiva realidad popular fue superada mediante el recurso a una sublimación neoplatónica, el «amor udrí», de una ambigua castidad.[5] El objeto de deseo, generalmente un sirviente, esclavo o cautivo, invertía el rol social en la poesía, convirtiéndose en dueño del amante, del mismo modo que sucedió con el amor cortés de la Europa medieval cristiana.[1]
El homoerotismo presente en la poesía andalusí establece un tipo de relación similar al descrito en la antigua Grecia: el poeta adulto asume un papel activo frente a un efebo que asume el pasivo,[6] lo que llegó a producir un tópico literario, el de la aparición del «bozo»,[7] que permite, dada la ambigüedad descriptiva de los poemas, tanto en las imágenes como en los usos gramaticales, identificar el sexo del amante descrito.[1] Gran parte de la poesía erótico-amorosa de la época se dedica al copero o escanciador de vino, combinando los géneros báquico (خمريات jamriyyat) y homoerótico (مذكرات mudhakkarat).[8]
Comenzó a florecer en la primera mitad del siglo IX, durante el reinado de Abderramán II, emir de Córdoba.[9] La caída del Califato de Córdoba en el siglo XI y el subsiguiente dominio de los almorávides y la división en los reinos de taifas, descentralizaron la cultura por todo al-Ándalus, produciendo una época de esplendor en la poesía.[10] La invasión almohade trajo el surgimiento de nuevas cortes literarias en los siglos XII y XIII. La mayor autonomía femenina en esta etnia norteafricana hizo aparecer un mayor número de poetisas, algunas de las cuales escribieron también poemas que cantaban la belleza femenina.[11]