Pinturas rupestres de Valonsadero
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Las pinturas rupestres de Valonsadero y su entorno (Soria) fueron declaradas Bien de Interés Cultural en 1994 y son de las más importantes de España.
Estas pinturas se ubican, principalmente, en la ciudad de Soria, en el paraje del monte Valonsadero y se incluirían dentro de la pintura rupestre esquemática.[1]
Con su dehesa boyal y espacio natural tan cercano a Soria, es uno de los núcleos de arte prehistórico, también, más notable del viejo continente. Están reconocidas desde 1994 como Bien de Interés Cultural, con categoría de Zona Arqueológica. Entre otros reconocimientos, el Comité Director de Cultura del Consejo de Europa les ha concedido el distintivo de Itinerario Cultural Europeo bajo la denominación de Caminos de Arte Rupestre Prehistórico[2] que agrupa al conjunto de lugares visitables con manifestaciones rupestres prehistóricas de España, Irlanda, Francia, Italia, Portugal, Suecia y Noruega. La riqueza arqueológica encontrada en la provincia de Soria se ha visto, recientemente, incrementada con la denominada placa de Villalba, declarada BIC (2014),[3] depositada en el Museo Numantino de la ciudad, y que también se incorporaría a esa ruta europea del arte prehistórico.[4]
Dentro de este Itinerario Cultural Europeo bajo la denominación de Caminos de Arte Rupestre Prehistórico[2] se incluyen las pinturas de Valonsadero como "territorio rupestre europeo".
En Castilla y León, de un total de 50 conjuntos de pinturas rupestres, 18 conjuntos de pinturas estarían enclavados en la provincia de Soria[5] que serían los siguientes: 11. Cueva Maja próxima a Muriel de la Fuente, aunque administrativamente pertenece al término municipal de Cabrejas del Pinar (Soria)[6] 12. La Peña de los Plantíos (Fuentetoba, Soria) 13. Prado de Santa María (Pedrajas, Soria) 14. Cueva Grande y Cueva Larga (Oteruelos, Soria) 15. Langosto (Langosto, Soria) 16. Canos (Sierra del Almuerzo, Soria) 17. Conjunto de Monte Valonsadero (Soria) 18. Cueva Conejos (Ucero, Soria) 19. Cueva Mayor y Cueva Menor de San Bartolomé (Ucero, Soria) 20. Cueva de Covarrubias (Ciria, Soria) 21. Yacimiento de Barranco Hondo (Villalba, Soria) 22. Cueva de la Santa Cruz (Conquezuela, Soria) 23. Manzanares-Tiermes (Soria) 24. Sotillos/Barranco de la Mata (Sotillos de Caracena- Cuevas de Ayllón, Soria) 25. Conjunto de Retortillo (Retortillo de Soria,Soria) 26. Valvenedizo/Prados del Arenal (Valvenedizo, Soria) 27. Castro/Las Cuevas (Castro, Soria) 28. Abrigo del Este y Abrigo del Oeste (Cuevas de Ayllón, Ligos, Soria).
Teniendo en cuenta ese encuadre europeo y en la Comunidad Autónoma de Castilla y León, con relación a las pinturas rupestres de Valonsadero el Ayuntamiento de Soria ofrece, a nivel turístico y cultural, la ruta de las pinturas rupestres, a lo largo de los 36 abrigos en los que se distribuyen estas pinturas, llegando a tener en la actualidad, catalogadas y clasificadas más de 530 figuras para entender cómo vivían nuestros antepasados en estas tierras.
Estas pinturas fueron descubiertas por el niño Bruno Orden Tierno, – luego Maestro Nacional bajo el control del Inspector de Enseñanza Primaria Teógenes Ortego Frías –[7] que es quien las hace públicas a través de una nota del Director del Museo Numantino, Ricardo Apraíz, en el periódico Campo Soriano de fecha 11 de agosto de 1951 y posteriormente publica diversas investigaciones sobre el contenido de las pinturas descubiertas,hasta esa fecha, a las que se fueron sumando otros abrigos descubiertos con posterioridad.
Aunque han sido varios los arqueólogos que han escrito sobre estas pinturas, el principal investigador y difusor de las mismas está siendo, Juan A. Gómez-Barrera, catedrático de Geografía e Historia, arqueólogo y doctor en Prehistoria por la UNED, y autor de varias de más de 100 publicaciones sobre el arte rupestre soriano, tras 37 años de investigaciones, incluidos diversos folletos informativos del Ayuntamiento de Soria, afirmando el 27/03/2017, "Estas pinturas están basadas en la vida cotidiana y los usos y costumbres de estas gentes que poblaron el monte de Valonsadero", así como la interpretación personal que se puede hacer de cada pintura, en los casos, en los que no está determinado el significado de la pintura.
"Valonsadero es, con sus treinta y cinco abrigos con pinturas rupestres esquemáticas hasta ahora conocidos, uno de los “museos al aire libre” más singular e importante de la Meseta. Podríamos decir, de existir esa clasificación, que lo es de la Península y aún de Europa, pues nuestro monte, esta dehesa boyal y parque natural tan cercano a Soria, es uno de los núcleos de arte prehistórico más notable del viejo continente. Es, en todas y cada una de sus estaciones, Bien de Interés Cultural, protegido por las leyes patrimoniales reconocidas en todo el mundo, por lo que, como ciudadanos del mismo, debemos disfrutar y salvaguardar. Las manifestaciones artísticas de Valonsadero, y las que en su entorno aparecen, se ajustan, en sus características generales, al conjunto de la pintura rupestre esquemática, asociada a las primeras sociedades agro-ganaderas y metalúrgicas del Calcolítico- Edad del Bronce y su prolongación en los inicios de la Edad del Hierro (3000-1000 a.C.)".Juan A. Gómez-Barrera. Ayuntamiento de Soria[8]
Las pinturas se realizaban con pigmentos de color rojizo, extraídos de las rocas del entorno de Valonsadero, ricas en pigmento ferruginoso. Las diferentes tonalidades de rojo se lograban con las diferentes vetas que puntualmente se utilizaban. Como en el resto de pinturas rupestres utilizaban las manos, pelos, plumas de animales, dependiendo del grosor de las líneas. Son dibujos esquemáticos en los que se destaca el trazo básico y principal de cada imagen, eliminando el resto, por eso, en ocasiones, parecen dibujos infantiles y abstractos.
Destacan escenas de caza, recolección, alguna escena agrícola rudimentaria, y, especialmente, ganadería y pastoreo, así como algunas escenas rituales. Las figuras tienen diferentes tamaños, aunque el tamaño medio oscila entre los 15 y 20 cm.; se ha querido ver en los tamaños más grandes de las figuras una mayor importancia dentro del clan. Los artistas rupestres han aprovechado, también, los accidentes naturales de las rocas para integrarlo en las escenas o en la propia figura, para dar sensación de relieve o volumen; o incluso separar el día de la noche, aprovechando una grieta de la roca que sirve de separación temporal.
Las escenas de las pinturas están compuestas por una amplia variedad de motivos reducidos a meros esquemas, en soportes superficies de abrigos o covachos al aire libre, visibles a gran distancia o cerca de un río. Se trata de grandes e irregulares bloques de arenisca donde sus amplias viseras o sus breves oquedades se ofrecen como recintos adecuados para la plasmación de sus motivos.
Sobre los artistas que realizaron esas pinturas poco se sabe. Se deduce un desplazamiento estacional en busca de los frescos pastos de la zona para el ganado en las épocas más cálidas de otras zonas.
El monte, parece ser, era lugar de asentamiento de diferentes grupos, unidos en clanes dispersos y que realizaban sus propios ritos y ceremonias.