Mitraísmo
religión mistérica muy difundida en el Imperio romano entre los siglos I y IV d. C. / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
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Se denomina mitraísmo o misterios de Mitra (en persa: مهرپرستی) a una religión mistérica muy difundida en el Imperio romano entre los siglos I y IV d. C. en que se rendía culto a una divinidad llamada Mitra y que tuvo especial implantación entre los soldados romanos. Si bien inspirado en el culto iranio a la divinidad zoroástrica (yazata) Mitra, el Mitra romano está vinculado a una imaginería nueva y distintiva, y se debate el grado de continuidad entre la práctica persa y la grecorromana.[nota 1]Aunque la deidad Mitra está documentada en Asia Menor desde el siglo XV a. C., el mitraísmo romano fue mencionado por primera vez por el poeta romano Estacio († 96).
El mitraísmo gozaba de gran popularidad sobre todo entre los legionarios romanos, pero también incluía a otros funcionarios, comerciantes e incluso esclavos. Las mujeres, en cambio, estaban estrictamente excluidas. Los adoradores de Mitra tenían un complejo sistema de siete grados de iniciación y comidas rituales comunitarias. Los iniciados se autodenominaban syndexioi, los «unidos por el apretón de manos».[2] Se reunían en templos subterráneos, ahora llamados mitrea, que sobreviven en gran número, de los cuales los más antiguos documentados datan de mediados del siglo II, y los más recientes, de mediados del siglo V. El culto parece haber tenido su centro en Roma, y fue popular en toda la mitad occidental del imperio, tan al sur como el África romana y Numidia, tan al oriente como la Dacia romana, tan al norte como la Britania romana,[2](pp 26–27)y en menor medida en la Siria romana. El culto alcanzó su apogeo a finales del siglo II y en el siglo III, tras la adhesión del emperador Cómodo (180-192). La relación con el dios solar romano Sol se fue estrechando con el paso del tiempo, hasta que Mitra y Sol acabaron a menudo fusionándose. Como Sol Invictus Mitra, el dios fue venerado por numerosos emperadores,[2] especialmente desde Aureliano, incluido el joven Constantino I (306-337). Sin embargo, con el establecimiento del cristianismo en el Imperio Romano, el mitraísmo desapareció en pocas generaciones y cayó en un olvido casi total hasta que fue redescubierto en la época moderna gracias a hallazgos arqueológicos. El mitraísmo se considera rival del cristianismo primitivo.[2](p 147)La práctica del mitraísmo, como la de todas las religiones paganas, fue declarada ilegal en el año 391 por el emperador Teodosio. Los mitraístas sufrieron persecución de parte de los cristianos, y la religión fue suprimida y eliminada en el imperio romano para finales del siglo.
Los orígenes de esta religión no se conocen de forma precisa, aunque los estudiosos coinciden en afirmar que llegó al mundo romano desde Oriente, concretamente desde Asia Menor.[3] Como los demás cultos mistéricos del mundo grecorromano, el mitraísmo giraba en torno a secretos que sólo se revelaban a los iniciados. Al entrar en el culto, cada nuevo miembro juraba guardar el más estricto silencio. Por tanto, nuestro conocimiento del mitraísmo se basa únicamente en las descripciones de cronistas externos y en las numerosas imágenes conservadas de altares mitraicos. Existen testimonios materiales de la práctica de esta religión en numerosos lugares del antiguo Imperio romano: en Roma y en Ostia, así como en Mauritania, Britania y las provincias fronterizas a lo largo de los ríos Rin y Danubio, consistentes en restos de templos, inscripciones y obras de arte que representan al dios u otros aspectos de la religión. Frente a esta relativa abundancia de restos arqueológicos, son muy escasas las referencias en textos clásicos a esta religión.[3]Escenas icónicas de Mitra lo muestran naciendo de una roca, sacrificando un toro o compartiendo un banquete con el dios Sol. En unos 420 yacimientos se han encontrado materiales relacionados con este culto. Entre los objetos encontrados hay unas 1.000 inscripciones, 700 ejemplos de la escena de la matanza del toro (tauroctonía) y unos 400 monumentos más.[2](p xxi)Se ha estimado que habría al menos 680 mitrea en la ciudad de Roma. No se conservan relatos escritos ni teología de la religión; la información que se puede obtener de las inscripciones y de las referencias breves o de pasada en la literatura griega y latina es limitada. La interpretación de las pruebas físicas sigue siendo problemática y controvertida.[4]
El contenido de la doctrina del mitraísmo no está muy claro. Dado que no ha sobrevivido prácticamente ninguna información literaria sobre el culto a Mitra (si es que existió), todas las reflexiones contemporáneas sobre su contenido y formas se basan en representaciones pictóricas que no llevan inscripciones explicativas, e inscripciones que suelen consistir únicamente en breves palabras dedicatorias. Por lo tanto, hay que tener en cuenta un alto grado de especulación en todas las interpretaciones contemporáneas y, especialmente, en todas las representaciones excesivamente rigurosas.