Milicia (Río de Janeiro)
De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
Milicia es la designación genérica de las organizaciones paramilitares compuestas por ciudadanos comunes, armados o con el poder policial que teóricamente no integran las fuerzas armadas de un país.
Las milicias pueden ser organizaciones mantenidas parcialmente con recursos del Estado y en colaboración con organizaciones de carácter privado, muchas veces de legalidad dudosa. Pueden tener objetivos públicos de defensa nacional o de seguridad interna, o pueden actuar en la defensa de intereses particulares, con objetivos políticos y financieros.
En Río de Janeiro, el término milicia fue asociado a prácticas ilegales, generalmente son grupos formados en lugares urbanos pobres como viviendas de protección oficial localizadas en suburbios o en favelas bajo pretexto de combatir el narcotráfico. Sin embargo, se mantienen con los recursos financieros provenientes de la venta de protección de la población pobre (extorsión).
Son consideradas milicias todas las organizaciones de la administración pública subcontratada y que poseyendo una estructura militar, no pertenezcan a las Fuerzas Armadas ni a la policía de Brasil.
Las milicias de la ciudad de Río de Janeiro son grupos que controlan varias favelas. Están formadas por policía, bomberos, vigilantes de seguridad, funcionarios de prisiones y militares fuera de servicio o en activo.[1] Muchos milicianos son habitantes de las favelas.[2][3][4]
En principio con la intención de garantizar la seguridad contra traficantes, los milicianos pasaron a intimidar y a extorsionar a habitantes y a comerciantes, cobrándoles una tasa de protección.
Se trata de actividades tales como el transporte alternativo (que sirve a los suburbios), distribución de gas o instalación de conexiones ilegales de televisión por cable.
Según el Centro para la Investigación sobre la Violencia de la UERJ hasta que la operación en el Complexo do Alemão y Vila Cruzeiro, a finales de noviembre de 2010, las milicias dominaban el 41,5% de las 1.006 favelas de Río de Janeiro (mientras que el 55,9% estaban controladas por traficantes y un 2,6% por las Unidades de Policía Pacificadora).