Membrana sintética
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Una membrana artificial, o membrana sintética, es una membrana creada sintéticamente que suele destinarse a fines de separación en laboratorio o en la industria. Las membranas sintéticas se han utilizado con éxito en procesos industriales a pequeña y gran escala desde mediados del siglo XX.[1] Se conoce una amplia variedad de membranas sintéticas.[2] Pueden fabricarse a partir de materiales orgánicos como polímeros y líquidos, así como de materiales inorgánicos. La mayoría de las membranas sintéticas utilizadas comercialmente en la industria de la separación están hechas de estructuras poliméricas. Se pueden clasificar en función de la química de su superficie, su estructura, su morfología y su método de producción. Las propiedades químicas y físicas de las membranas sintéticas y de las partículas separadas, así como la elección de la fuerza motriz, definen un proceso concreto de separación por membranas. Las fuerzas motrices más utilizadas en un proceso de membrana en la industria son los gradientes de presión y de concentración. Por lo tanto, el proceso de membrana correspondiente se conoce como filtración. Las membranas sintéticas utilizadas en un proceso de separación pueden tener diferentes geometrías y configuraciones de flujo. También pueden clasificarse en función de su aplicación y régimen de separación.[2] Los procesos de separación con membranas sintéticas más conocidos son la purificación del agua, la ósmosis inversa, la deshidrogenación del gas natural, la eliminación de partículas celulares mediante microfiltración y ultrafiltración, la eliminación de microorganismos de los productos lácteos y la diálisis.