Largoplacismo
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El largoplacismo es una postura ética que aboga por la necesidad de mejorar el futuro a largo plazo. Es un concepto importante dentro del altruismo eficaz, ya que apunta a reducir los riesgos existenciales que amenazan a la humanidad.[1]
Según Sigal Samuel, las tesis fundamentales del largoplacismo son las siguientes: «moralmente, la gente del futuro importa tanto como la gente de hoy en día; [...] es probable que en el futuro viva más gente que la que vive en el presente o ha vivido en el pasado; [...] podemos influir de forma positiva en las vidas de la gente del futuro».[2] Estas tres ideas, adoptadas conjuntamente, sugieren que aquellos que viven hoy son responsables de que las generaciones futuras logren sobrevivir y prosperar.[3]