Lamentación sobre Cristo muerto (Mantegna)
cuadro de Andrea Mantegna / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
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Lamentación sobre Cristo muerto, también llamada simplemente Cristo muerto (en italiano, Cristo morto), es una de las más célebres obras de Andrea Mantegna. Es una obra al temple sobre lienzo de 68 centímetros de alto por 81 de ancho, conservado en la Pinacoteca de Brera de Milán, realizado entre 1475 y 1478.[1][2] Es considerada su magnum opus.
Lamentación sobre Cristo muerto (Cristo morto) | ||
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Año | 1475-1501 | |
Autor | Andrea Mantegna | |
Técnica | Témpera sobre lienzo | |
Estilo | Renacimiento | |
Tamaño | 68 cm × 81 cm | |
Localización | Pinacoteca de Brera, Milán, Italia Italia | |
La escena muestra a Cristo muerto, tendido sobre una losa de mármol de forma casi perpendicular al espectador, en uno de los escorzos más violentos de la historia de la pintura. En un fuerte contraste de luces y sombras, la escena transmite un profundo sufrimiento y desolación. La tragedia se potencia dramatizando la figura de Cristo por su violenta perspectiva y la distorsión de sus detalles anatómicos, en especial el tórax. Los estigmas de las manos y los pies están representados sin idealismo ni retórica. La sábana que cubre parcialmente el cadáver, pintada en los mismos tonos que el cuerpo, contribuye al efecto sobrecogedor del conjunto que concluye en los rasgos de la cabeza, inclinada e inmóvil.
Se trata de un tema común en el Renacimiento (la lamentación sobre Cristo muerto, con precedentes desde Giotto) pero nunca hasta entonces se había reflejado de una forma tan rotunda el carácter definitivo de la muerte.
Está rodeado por la Virgen María, San Juan Evangelista y por una tercera figura, identificable con una mujer piadosa o con María Magdalena, que lloran su muerte. La desproporción de sus rostros, excesivamente grandes, con lo pequeño de sus manos en primer plano y lo descompensado de su integración en la composición hacen pensar en que son un añadido posterior de otro artista.
La pintura, comparada con las concepciones artísticas propias de la Edad Media, muestra una innovación propia del Renacimiento al representar una figura humana sin simbolismos. Mantegna se concentró en un modo muy específico en retratar el trauma físico más que el emotivo, contrario, por tanto, al ideal espiritual.
Probablemente el cuadro estaba destinado a la capilla funeraria del mismo Mantegna. Fue encontrado por sus hijos en su estudio y vendido para pagar sus deudas.