La caza del unicornio
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La caza del unicornio, a menudo llamado Los tapices del unicornio (en francés: La Chasse à la licorne) , es una serie de siete tapices realizados entre 1495 y 1505. Los tapices muestran a un grupo de nobles y cazadores persiguiendo a un unicornio, lo capturan y lo llevan a la corte de su señor y su dama. Se cree que los tapices se confeccionaron en los Países Bajos meridionales.[1] o también es posible que se confeccionaran o, al menos, diseñaran, en París. Actualmente se pueden ver en el The Cloisters del Met, en Nueva York (Manhattan).
La caza del unicornio | ||
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Autor | desconocido. | |
Creación | 1499 ? (entre 1455 y 1506). | |
Ubicación |
Metropolitan Museum of Art Nueva York Estados Unidos | |
Estilo | Gótico | |
Material | Lana, hilo metálico y seda | |
Técnica | Tapiz. | |
Dimensiones | El 1.º, 368,3 x 315 cm | |
Son una de las obras canónicas del arte tardomedieval o renacentista temprano. Muestra a un grupo de nobles y cazadores persiguiendo a un unicornio a través de un paisaje francés idealizado. Los tapices se tejieron con lana, hilo metálico y seda. Los colores vibrantes, aún evidentes hoy en día, se produjeron con plantas tintoreras: gualda (amarillo), rubia (rojo), y glasto (azul).[2]
Documentados por vez primera en París en el año 1680 en la casa de la familia Rochefoucauld, los tapices fueron saqueados durante la Revolución francesa. Redescubiertos en un granero en los años 1850 se colgaron en el Château de Verteuil de la familia. Desde entonces han sido objeto de un intenso debate académico sobre el significado de su iconografía, la identidad de los artistas que los diseñaron, y la secuencia en la que se pretendía ser colgados. Aunque se han propuesto varias teorías, aún no se sabe nada de su temprana procedencia , y sus narraciones, dramáticas pero en conflicto, han inspirado múltiples lecturas, desde las caballerescas a las cristológicas. Las variaciones en tamaño, estilo y composición sugieren que proceden de más de un conjunto,[3] unidos por el tema, procedencia y el misterioso monograma AE que aparece en cada uno de ellos. Uno de los paneles, «La captura mística del unicornio», sobrevive en solo dos fragmentos.[4]
James J. Rorimer especuló en 1942 que los tapices fueron un encargo de Ana de Bretaña,[5] para celebrar su matrimonio con Luis XII, rey de Francia en 1499.[6] Rorimer interpretó el monograma con la A y la E que aparece en cada tapiz como la primera y última letra del nombre de Ana (Anne).[7] Margaret B. Freeman, sin embargo, rechazó esta interpretación en su monografía de 1976,[8] una conclusión repetida por Adolph S. Cavallo en su obra de 1998.[9] Tom Campbell, antiguo director del Metropolitan Museum of Art, recientemente ha reconocido que los expertos «aún no saben ni dónde ni para quién se confeccionaron [los tapices]». Hasta el momento, los esfuerzos de los estudiosos por explicar la AE y otras inscripciones, por identificar los pocos símbolos heráldicos y hacer un relato coherente de las desconcertantes narraciones han tenido un éxito limitado.