Jamal al-Din al-Afghani
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Sayyid Jamāl-al-dīn al-Afghānī (en persa: سید جمال الدین الافغاني; nombre de origen: Sayyid Muḥammad ibn Ṣafdar, سید محمد بن صفدر) (n. 1838[1]-f. 9 de marzo de 1897) fue un pensador y activista político que recorrió la Persia Kayar, Afganistán, Egipto, la India y el Imperio otomano durante la segunda mitad del siglo XIX intentando conseguir la unidad de la comunidad musulmana para hacer frente al imperialismo de Occidente. Precursor del antiimperialismo, fue uno de los fundadores del modernismo islámico[2] y del panislamismo,[3] y ha sido descrito como "menos interesado en la teología que en organizar la respuesta musulmana frente a la presión de Occidente."[4]
Sayyid Muḥammad ibn Ṣafdar | ||
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Información personal | ||
Nacimiento |
1838 Asadabad (Afganistán) | |
Fallecimiento |
9 de marzo de 1897 Estambul (Imperio otomano) | |
Sepultura | Kabul | |
Nacionalidad | Afgana | |
Religión | Islam | |
Información profesional | ||
Ocupación | Teólogo, journal editor y periodista | |
Alumnos | Muhammad Abduh | |
Cuando un año antes de morir, fue acusado de haber instigado el asesinato del Sha de Persia Naser al-Din, al-Afghani después de proclamar su inocencia afirmó: «He luchado, y sigo luchando, por un movimiento reformista en el podrido Oriente, donde me gustaría sustituir la arbitrariedad por la ley, la tiranía por la justicia, y el fanatismo por la tolerancia». Su mandamiento coránico favorito era: «Dios no cambiará la condición de un pueblo mientras éste no cambie lo que en sí tiene».[5]
Su obra es reivindicada tanto por los secularistas de izquierdas, los islamistas, los panarabistas y los panislamistas. El indio Pankaj Mishra ha dicho que «indudablemente hubo muy pocas tendencias en las tierras musulmanas —el modernismo, el nacionalismo, el panislamismo— que la sensibilidad amplia y vital de al-Afghani no inflamara o alimentara. Ni tampoco hubo un ámbito de la acción política —la conspiración antiimperialista, la educación, el periodismo, el reformismo constitucional— sobre el que no dejara la huella de sus ideas».[6] El islamista iraní Alí Shariatí dijo de él que «comprenderle equivale a reconocer el islam y a los musulmanes, así como nuestro presente y nuestro futuro» y que fue «el hombre que levantó por primera vez la voz de la conciencia en el aletargado Oriente».[7]