Gran Minería del Cobre en Chile
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La gran minería del cobre en Chile (GMC) o, más propiamente, empresas productoras de cobre de la Gran Minería, son definidas como aquellas «que produzcan, dentro del país, cobre "blíster", refinado a fuego o electrolítico, en cualquiera de sus formas, en cantidades no inferiores a 75.000 toneladas métricas anuales mediante la explotación y beneficio de minerales de producción propia o de sus filiales o asociados».[1] La clasificación de gran minería no se pierde si la producción llega a ser inferior a 75 000 toneladas métricas mineras
Histórica y tradicionalmente, hasta la ley 11828 (del 5 de mayo de 1955) del Nuevo Trato, consideraba GMC a la Kennecott Corporation (El Teniente) y a la Anaconda Copper Company (Chuquicamata, Potrerillos y El Salvador) debido al gran volumen y escala de sus operaciones de extracción y tratamiento. Desde 1955, se definió en 25 000 toneladas métricas anuales de producción de cobre blíster. Aumentándose a 75 000 en 1965 (Ley 15575).
En 1971, bajo el gobierno de Salvador Allende, se efectuó la nacionalización del cobre mediante la ley 17450.[2] Anteriormente, se había efectuado el proceso de chilenización del cobre,[3][4] con lo cual las instalaciones y yacimientos de la Kennecott y Anaconda pasaron a la administración del Estado por medio de la Corporación del Cobre (Codelco).
En 1981, se aprobó la Ley Orgánica Constitucional sobre Concesiones Mineras (llamada «Ley Minera») que estableció derechos de propiedad en la minería a través de la figura jurídica de la «concesión plena». Ella desencadenó una gran expansión de las inversiones en minería y el descubrimiento y desarrollo de proyectos privados que se han transformado en Gran Minería del Cobre (La Escondida, Los Bronces, etc).