Germán de París
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San Germán de París (también llamado Germanus) fue un obispo de París que fue canonizado en el año 754.[1] Nació en el año 496 cerca de Autun, Saône-et-Loire y falleció en París el 28 de mayo de 576.
San Germán de París | |||
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San Germán de París, de un Libro de horas, c. 1450-1460. | |||
Información personal | |||
Nombre de nacimiento | Germanus | ||
Nacimiento |
c. 496 cerca de Autun, Francia | ||
Fallecimiento |
28 de mayo de 576 París, Francia | ||
Sepultura | Abadía de Saint-Germain-des-Prés | ||
Nacionalidad | Francesa | ||
Religión | Cristianismo | ||
Información profesional | |||
Ocupación | Sacerdote católico y escritor | ||
Área | Iglesia católica | ||
Cargos ocupados |
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Información religiosa | |||
Canonización | 754, por el Papa Esteban II | ||
Festividad | 28 de mayo | ||
Orden religiosa | Orden de San Benito | ||
reconocimientos
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Estudió en Avalón y también en Luzy guiado por su primo Scapilion, quien era sacerdote. A la edad de 34 años fue ordenado sacerdote por San Agripino de Autun, siendo nombrado abad de Saint-Symphorien, cerca de esa misma localidad. Su virtud característica fue el amor por los pobres, manifestándose tan fuertemente su entrega por los demás, que sus monjes se rebelaron, temiendo que regalara todo lo que tenían. Debido a que estaba en París en el año 555, cuando el obispo Eusebio murió, Childeberto I lo retuvo y, con el consentimiento unánime del clero y del pueblo, fue consagrado a la sede vacante.
Bajo su influencia, se dice que el rey, quien se había entregado a la vida mundana, se convirtió y desde entonces llevó una vida de acuerdo a los valores cristianos. En su nuevo cargo, el obispo continuó la práctica de las virtudes y las austeridades de su vida monástica, y trabajó para disminuir los males causados por las incesantes guerras y la vida licenciosa de los nobles. Asistió al tercero y cuarto Concilios de París en los años 557 y 573 respectivamente, y también al segundo Concilio de Tours en el año 566. Convenció al rey de que erradicara las prácticas paganas que aún existían en el país franco, y también para que prohibiera los excesos que se llevaban a cabo en la mayoría de las celebraciones cristianas.[2]
Buena parte de nuestra información sobre Germán de París procede de Gregorio de Tours, de los poemas de Venancio Fortunato y de la Vita Germam, que fue compuesta por el mismo Fortunato.[3]