Genocidio de pueblos indígenas
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El genocidio de pueblos indígenas, genocidio colonial[1] o genocidio de colonos[2][3] es la destrucción de comunidades enteras de pueblos indígenas, entendidos estos pueblos como minorías étnicas cuyo territorio ha sido ocupado por expansión colonial o la formación de un estado nación, como parte de un proceso colonialista.[4] Según el historiador Patrick Wolfe, el genocidio de la población nativa es especialmente probable en los casos de colonialismo de colonos,[5] mientras que para algunos académicos el colonialismo de colonos es considerado como intrínsecamente genocida.[6]
Aunque el concepto de genocidio fue formulado por primera vez por Raphael Lemkin a mediados del siglo XX, la expansión de diversas potencias coloniales de Europa occidental, como los imperios británico y español, con el posterior establecimiento de colonias en territorios indígenas implicaron con frecuencia actos de violencia genocida contra grupos indígenas en América, Australia, África y Asia.[7] Según el propio Lemkin, la colonización era en sí misma intrínsecamente genocida. Consideraba este genocidio como un proceso en dos etapas, la primera de las cuales era la destrucción del modo de vida de la población indígena. En la segunda etapa, los recién llegados imponen su modo de vida al grupo indígena.[8][9]
Algunas de las campañas de exterminio de poblaciones nativas más mortíferas de la historia de la humanidad fueron perpetradas por los imperios coloniales europeos contra los pueblos indígenas de América. Entre finales del siglo XV y finales del XVII, la población de nativos del continente disminuyó de aproximadamente 145 millones a menos de 15 millones. Durante este periodo, se calcula que un mínimo de 130 millones de indígenas murieron en masacres, violaciones masivas, hambrunas forzadas, guerras y esclavitud impuesta por los colonos europeos y diversas epidemias asociadas.[10]Según David Maybury-Lewis, las formas imperiales y coloniales de genocidio se llevan a cabo de dos maneras principales, ya sea mediante la limpieza deliberada de los territorios de sus habitantes originales para hacerlos explotables con fines de extracción de recursos o asentamientos coloniales, o mediante el reclutamiento de los pueblos indígenas como trabajadores forzados en proyectos coloniales o imperialistas de extracción de recursos.[11] La designación de hechos específicos como genocidio suele ser controvertida.[12]
Algunos académicos, entre ellos Lemkin, han argumentado que el genocidio cultural, a veces llamado etnocidio, también debe ser reconocido. Un grupo étnico puede seguir existiendo, pero si se le impide perpetuar su identidad de grupo mediante la prohibición de sus prácticas culturales y religiosas, prácticas que son la base de su identidad de grupo, es algo que también puede considerarse una forma de genocidio. La CIA considera que bajo esta forma de genocidio se puede clasificar al trato que reciben los tibetanos y los uigures por parte del gobierno de China. Según el antropólogo Adrian Zenz, el trato que reciben los nativos americanos de Estados Unidos por parte del gobierno federal de dicho país también clasificaría como tal.[13][14][15][16]