Francmasonería en Argentina
De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
La Francmasonería en Argentina se cree que comenzó en las postrimerías del siglo XVIII. Por lo tanto, lleva más de doscientos años de desarrollo en el territorio, y en la actualidad son varios los ritos que se trabajan, existiendo simultáneamente grupos mixtos, femeninos, y los más tradicionales, que son exclusivamente masculinos.
En este artículo sobre historia y sociedad se detectaron varios problemas. |
La primera logia masónica instalada en el territorio del Virreinato del Río de la Plata, fue la logia Independencia, y trabajó bajo autorización de la Gran Logia Escocesa de Francia, por lo que es de suponer que utilizaban el Rito Escocés, o alguna variación del llamado Rito Francés Moderno. Según publica la «Gran Logia de la Argentina de libres y aceptados masones», la logia Independencia habría estado autorizada desde 1795, y desde su mismo nombre, acusaba en sus integrantes una concepción autonomista para los habitantes de las tierras americanas.[1]
El libro Episodios Patrios de Francisco Guilló, refiere que las actividades de la logia comenzaron en una vieja casona adyacente a la capilla de San Miguel, donde tiempo atrás había levantado la parroquia el presbítero Juan Gutiérrez González y Aragón. El lugar estaba rodeado de zanjones, que se convertían en grandes obstáculos los días de lluvia, por lo que tanto la capilla como la casona dejaron de utilizarse a poco de comenzar sus respectivas actividades.
Para el año 1810 había aparecido otra logia llamada también Logia Independencia, cuyo Venerable Maestro era Julián Álvarez, y sobre la cual no existen precisiones si habría sido una continuación de la logia homónima o una logia totalmente nueva. Esta segunda Logia Independencia dirigida por Álvarez, es la que suministró los primeros hombres y rituales para la conformación de la logia Lautaro de Buenos Aires, la primera de tan alta importancia y gravitación en los movimientos independentistas del territorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
José de San Martín ingresó en la masonería con el apoyo de Lord Macduff (James Duff, IV conde de Fife), un noble escocés.[2] Luego de esto, contacta en Londres con Tomás Guido, Andrés Bello, José Matías Zapiola y Carlos María de Alvear en la logia que había levantado el venezolano Francisco de Miranda.[3] En Buenos Aires yergue columnas la logia Lautaro, que jugó un papel señero en la liberación de América hispana. Carlos Maria de Alvear, Gervasio Antonio Posadas, y Juan Martín de Pueyrredón fueron sus más destacados miembros, ya que ciñeron sus mandiles y tundieron sus mazos bajo el tul celeste de Lautaro.[4] Zapiola, quien había alcanzado una edad avanzada antes de su muerte, fue el único testigo que dejó datos precisos sobre la Logia Lautaro, sus miembros y sus intenciones.