Expedición militar de Alfonso I de Aragón por Andalucía
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La expedición militar de Alfonso I de Aragón por Andalucía fue una campaña desarrollada durante nueve meses (entre el 2 de septiembre de 1125 y junio de 1126) por Alfonso I el Batallador en el interior de al-Ándalus, en los que acampó largo tiempo cerca de Granada, saqueó campos y riquezas, venció en batalla campal al ejército almorávide en Arnisol (Anzur, cerca de Puente Genil, al sur de la actual provincia de Córdoba) y rescató un contingente de mozárabes con los que repobló las tierras del valle del Ebro recién conquistadas por el reino de Aragón. El objetivo inicial era establecer un principado cristiano en Granada, apoyándose en la población mozárabe que había solicitado insistentemente su ayuda al rey de Aragón, pues se veía sometida al fanatismo religioso del periodo almorávide. Los mozárabes granadinos plantearon a Alfonso el Batallador una rebelión interna contra la autoridad gobernante con el apoyo de la hueste aragonesa; la conjunción era necesaria, pues Alfonso I, a diferencia de la estrategia utilizada en la conquista de Zaragoza en 1118, no llevó a Granada maquinaria de asalto, acarreo que era de todos modos extremadamente impracticable dada la larga distancia que recorrería la expedición y las dificultades logísticas que conllevaba penetrar tan profundamente en el territorio enemigo.
En el anno de Nuestro Sennor de MCXXV, plegó sus gentes et con él don Gastón de Bearne, don Pedro vispe de Caragoça, don Esthevan vispo de Jacca; en el mes de octubre entraron en la tierra de los moros, tallando et destruyendo plegoron a Valencia; et depués passaron Xucar et talloron Dennya, depués passoron Murcia, depués fueron a d'Almeria, que la clamavan en aquel tiempo Urcia, et a la raiz de una sierra et montanna fincaron sus tiendas, et en el lugar que dizen Alcaçar tenieron la Nadal con gran goyo et abastamiento de viandas. Enpués esto fueron a Granada et, talando et destruyendo, depués cercó Cordova; y el rey sennor de todos los reyes moros d'Espanna con todo su poder ixió a dar batalla en el lugar que yes dito Azinçol et fueron vencidos los moros, et fue y el rey de Córdova et morieron grandes gentes de moros que no y havía conta. |
La moral de combate de Alfonso I era alta, y la expedición partió con un espíritu de gran exaltación guerrera. Documentos de los años 1124 y 1125 se referían al Batallador con los términos «reinando en España» o «en toda la tierra de cristianos y sarracenos de España», lo que da idea del triunfalismo que se vivía en el entorno del rey aragonés por estas fechas. Los mandatarios coetáneos no pasaban sus mejores días: Ramón Berenguer III de Barcelona venía de ser derrotado en la batalla de Corbins y Urraca I de León, exesposa del aragonés, moriría poco más tarde, el 8 de marzo de 1126, sin que pudiera ver el fin de la guerra civil que asolaba sus reinos. En este contexto Alfonso I emprendió una de las campañas más osadas de la Reconquista.[1] La incursión ha pasado a la historiografía con el nombre de la «Hueste de España».