Eutarico
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Flavio Eutarico Cillica (en latín, Flavius Eutharicus Cillica, 480-522) fue un noble visigodo, esposo de la reina ostrogoda Amalasunta, nominado por Teodorico el Grande como su sucesor en los reinos ostrogodo y visigodo. A principios del siglo VI desempeñó el consulado romano, junto al emperador de oriente, Justino I, que lo adoptó como hijo de armas. En el año 522 murió a los 42 años de edad y no pudo llegar a heredar el trono de Teodorico. Este alegó que Eutarico era un descendiente de la estirpe real gótica de los Amalos y estaba previsto que su matrimonio con Amalasuntha –hija de Teodorico- uniría ambos reinos godos en una misma dinastía que fortaleciera el dominio godo sobre el mediterráneo occidental frente al ascendiente poder de los francos.
Eutarico | ||
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Información personal | ||
Nacimiento | Siglo V | |
Fallecimiento | 522 | |
Familia | ||
Familia | Amelungos | |
Padre | Vetericus | |
Cónyuge | Amalasunta (desde 515) | |
Hijos | ||
Información profesional | ||
Ocupación | Político | |
Cargos ocupados | ||
Durante su año de consulado (519) las relaciones entre el Imperio de Oriente y la Italia ostrogoda fueron muy estrechas, llegando a concluir el cisma acaciano entre las Iglesias de Roma y Constantinopla. Eutarico era nominalmente un estadista, político y militar del Imperio, faceta que convivió con su condición de noble visigodo de religión arriana, lo que le llevó a frecuentes conflictos con la mayoría católica, sobre todo por el respeto ejercido sobre la minoría judía por Eutarico, en consonancia con la condición de minoría de su propia religión arriana.[1] A raíz de los disturbios en Rávena, donde los católicos quemaron sinagogas, la posición de Eutarico empezó a verse con resentimiento por la crónica del Anónimo Valesiano.[2]
Tras la muerte de Eutarico, su hijo Atalarico ostentó el trono ostrogodo, pero murió a la temprana edad de 18 años. Tras el fallecimiento Amalasunta intentó ejercer sus derechos dinásticos, pero finalmente fue asesinada por el nuevo rey ostrogodo Teodato y su muerte fue la excusa para la intervención de Justiniano en Italia en su política expansionista por el Mediterráneo.