Escándalo de la CHADE
serie de actos de corrupción política-empresarial sucedidos en las décadas de 1920 y 1930 / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
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Se conoce como escándalo de la CHADE, en Argentina, a una serie de actos de corrupción política-empresarial sucedidos en las décadas de 1920 y 1930, durante las primeras presidencias radicales y la Década infame, con motivo de la concesión del servicio eléctrico de la Ciudad de Buenos Aires a la Compañía Hispano Americana de Electricidad (CHADE), renombrada en 1936 como Compañía Argentina de Electricidad (CADE). El escándalo también alcanzó los términos similares de la concesión y prórroga otorgada a la Compañía Ítalo Argentina de Electricidad (CIAE).
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La CHADE-CADE era presidida por el empresario y político español Francisco Cambó. La empresa llevó a cabo una gestión empresarial en Argentina, Chile y Uruguay caracterizada por recurrir a la corrupción político-empresarial con el fin de garantizar mercados monopólicos, falsificar costos en perjuicio de los usuarios y el Estado, sobornar funcionarios para evitar controles y obtener ventajas ilegítimas. Entre los involucrados en el escándalo de la CHADE estuvieron los presidentes radicales Marcelo T. de Alvear y Agustín P. Justo.
Los actos de fraude y corrupción cometidos por la CHADE-CADE, la CIAE y la ANSEC, entre las décadas de 1920 y 1940, fueron investigados durante la Revolución del 43 por dos comisiones presididas una por el coronel Matías Rodríguez Conde (CHADE y CIAE) y la otra por el teniente coronel Alfredo Intzaurgarat (ANSEC). Los informes de ambas comisiones revelaron oficialmente la serie de delitos, operaciones fraudulentas y actos de corrupción cometidos sistemáticamente por las grandes empresas eléctricas en perjuicio de los consumidores y el Estado, recomendando la cancelación de las concesiones.
Pese a que el Informe Rodríguez Conde tuvo amplia aceptación en todos los partidos políticos, ni la justicia, ni los gobiernos siguientes, castigaron a las empresas, ni hicieron cesar las concesiones de la CADE y la CIAE. La ANSEC en cambio fue nacionalizada por Perón. En 1961, el presidente Arturo Frondizi ordenó comprar las acciones de la CHADE-CADE en Segba, y habilitó a la CIAE a continuar con la concesión, sin límite de tiempo. La decisión de Frondizi sobre la CIAE fue anulada por la presidenta María Estela Martínez de Perón en 1976. Pero la dictadura militar autodenominada Proceso de Reorganización Nacional, dejó sin efecto este último decreto, y por decisión del ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz, exdirectivo también de la CIAE, ordenó comprar la CIAE, en otra operación escandalosa, que incluyó el secuestro-desaparición de Juan Carlos Casariego, un alto funcionario del Ministerio de Economía. Según Jorge Lanata "El escándalo de la CHADE –o CADE– fue una combinación magistral del comienzo del desguace del Estado argentino".[1]