Encomienda en Chile
concesión territorial en la Capitanía general de Chile (Imperio español) / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
Se denominó Encomienda en Chile a la institución importada por españoles desde Europa en el s. xvi.[1] La encomienda entró en vigencia en 1540, con la llegada de Pedro de Valdivia, y desapareció en 1789, año en que fue abolida por el entonces gobernador de la Capitanía General de Chile, Ambrosio O’Higgins.[2] Ya a principios del s. xviii la institución estaba en decadencia, habiendo solamente 87 encomiendas, incluyendo una con 80 tributarios, dos con 50, y el resto con menos de 20 personas cada una. Alguna encomienda contaba con dos indígenas.[3]: 18–20
Encomienda en Chile | ||
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Localización | ||
País | Imperio español | |
Información general | ||
Jurisdicción | Capitanía General de Chile | |
Tipo | designación para una entidad territorial administrativa de un país particular | |
Historia | ||
Fundación | 1540 | |
Disolución | 1789 | |
Los indígenas, repartidos por el gobernador en nombre del rey, tributaban con su mano de obra, pero principalmente para mantener las haciendas y estancias de sus patrones, los encomenderos, adquiriendo así un intenso carácter de servidumbre personal, ya que a diferencia de las otras poblaciones nativas de América, los habitantes originales de este territorio no poseían un sistema de organización propio que consistiese en tributar.[4][5] A raíz de esto, su única forma de pagar a los conquistadores por sus "cuidados" era con trabajo directo, aunque algunos indígenas se negaron a ello.[6] Este modelo se expandió por todo el Reino de Chile, sin embargo, se desarrolló con bastante dificultad hacia el extremo sur del territorio, a causa de su proximidad con la frontera establecida por la resistencia mapuche. Aun así, su impacto fue evidente, sobre todo en la zona centro, lugar en que se concentró la mayor cantidad de encomiendas, particularmente de servicio.[4]
La institución de la encomienda en Chile tuvo gran relevancia para la conformación de un sistema de gobierno que estructurara a la sociedad y que rápidamente pusiera en marcha la economía en estas tierras.[1] Finalmente, gracias a la encomienda, los españoles lograron implementar un modelo de organización que sentó las bases de la colonia, el cual además aseguró su permanencia en el poder y les permitió cumplir con la misión que les fue confiada por la corona.[5] Por otra parte, este también facilitó a los conquistadores el reconocimiento del área hasta ese momento inexplorada, lo que contribuyó al hallazgo de los pocos, pero igualmente codiciados yacimientos de recursos naturales que lograron financiar por lo menos la primera etapa de colonización en el siglo XVI y enviar las riquezas prometidas a los monarcas de España.[7]
Este modelo no estuvo exento de controversias, a causa de los diversos abusos cometidos por lo españoles hacia los indígenas de la zona, los cuales fueron denunciados por muchos de los sacerdotes de las congregaciones eclesiásticas que acompañaron estas expediciones, situación que condujo tanto hacia la creación como implementación de leyes en resguardo de , como las Leyes de Burgos que prometían la regulación de la encomienda, asegurando así un trato justo para los encomendados (nativos).[8] Sin embargo, en la práctica se reconoce que estas no siempre se cumplieron a cabalidad, lo cual sumado al mestizaje de la población, disminuyó exponencialmente el número de aborígenes y comenzó a deteriorar este sistema al nivel de terminar completamente obsoleto, por lo que se estableció su eliminación total en 1789, año en el que se reemplazó por el llamado inquilinaje.[5][8]