Edad heroica de la exploración de la Antártida
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La edad heroica de la exploración de la Antártida describe una época que se extendió desde finales del siglo XIX hasta principios de la década de 1920.[1] Durante este período de 25 años, la Antártida se convirtió en el centro de un esfuerzo internacional que se tradujo en una intensiva exploración científica y geográfica; se pusieron en marcha dieciséis expediciones importantes de ocho diferentes países.[2] El factor común en estas expediciones fue el carácter limitado de los recursos que tenían disponibles antes de que los avances en la tecnología del transporte y las comunicaciones revolucionaran el trabajo de exploración.[3][4] Esto significa que cada expedición se convirtió en una hazaña de resistencia que puso a prueba los límites físicos y mentales de los exploradores, y en algunas ocasiones se superaron.[1] La etiqueta de «heroica», otorgada más tarde, fue un reconocimiento a las adversidades que tuvieron que ser superadas por estos pioneros, algunos de los cuales no sobrevivieron a la experiencia. Durante este período diecisiete miembros de las diferentes expediciones murieron.
Durante el curso de estas expediciones se alcanzaron los polos geográfico y magnético.[5] La hazaña de ser el primero en alcanzar el Polo Sur geográfico era el propósito principal de algunas expediciones y fue la única razón de la empresa de Roald Amundsen. Sin embargo, esta no fue la única orientación de la exploración polar durante esa época; otras expediciones trabajaron en distintas áreas del continente con objetivos bien definidos. Como resultado de toda esta actividad, se descubrió y trazó en los mapas gran parte de la costa del continente y se exploró una considerable área de su interior. Las expediciones también generaron grandes cantidades de datos y aportaron especímenes de una amplia gama de disciplinas científicas, cuyo examen y análisis mantuvo ocupadas durante décadas a las comunidades científicas del mundo.[6]