Economía de Camerún
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La economía de Camerún es, gracias a sus modestas reservas de petróleo y condiciones favorables de la agricultura, una de las mejores economías exportadoras de materias primas del África subsahariana.[2] Aun así, el país enfrenta considerables problemas, tales como una baja renta per cápita, una distribución de la renta relativamente mala, corrupción endémica y un clima para negocios generalmente poco favorable.[2]
Economía de Camerún | ||
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Douala, capital económica del país. | ||
Moneda | Franco CFA | |
Año fiscal | Año calendario | |
Banco central | Banco central de Camerún | |
Organizaciones | OMC, Unión Africana | |
Estadísticas | ||
PIB (nominal) | 38.632 millones (2019)[1] | |
PIB (PPA) | 100.884 millones (2019) (84 (2019).º) | |
Variación del PIB | 3,5% (2017) | |
PIB per cápita (nominal) | 3950 (PPA, 2019)[1] | |
PIB por sectores |
Agricultura 70% (16,7% de PIB) Industria 13% (26,5% de PIB) Servicios 17% (56,8% de PIB)[1] | |
Inflación (IPC) | 0,6% (2017)[1] | |
IDH | 0.563 medio (2018) | |
Población bajo la línea de pobreza | 37.5% (2014) | |
Coef. de Gini | 46,6 (2014, Banco Mundial) | |
Fuerza Laboral | 9,91 millones de personas (2017) | |
Desempleo | 4,3% (2014)[1] | |
Industrias principales | Extracción y refinado de petróleo, producción de aluminio y alimentos, bienes de consumo, textiles y madera.[1] | |
Comercio | ||
Exportaciones | 4732 millones (2017)[1] | |
Productos exportados | petróleo, madera, aluminio, cacao, café y algodón | |
Destino de exportaciones |
Países Bajos 15,6% Argelia 4,8% Malasia 4,4% (2017)[1] | |
Importaciones | 4812 millones (2017)[1] | |
Productos importados | maquinaria, bienes de equipo, transportes, alimentos y combustible | |
Origen de importaciones |
Tailandia 7,9% Nigeria 4,1% (2017)[1] | |
Finanzas Públicas | ||
Deuda externa (pública y privada) | 9375 millones (31 de diciembre de 2017) | |
Deuda interna pública | 36,9% del PIB (2017)[1] | |
Ingresos | 5363 millones (2017)[1] | |
Gasto público | 6556 millones (2017)[1] | |
Salvo que se indique lo contrario, los valores están expresados en dólares estadounidenses | ||
Francia, dados sus lazos históricos, es el principal socio económico de Camerún y el origen de la mayoría de la inversión privada y la ayuda exterior. El país también tiene firmados acuerdos bilaterales con Estados Unidos, que concentra la mayor parte de sus inversiones en el sector petrolífero. Camerún tiene como meta convertirse en una potencia emergente en 2035.
Camerún se convirtió en un país productor de petróleo en 1977. Con el pretexto de querer hacer reservas para tiempos difíciles, las autoridades gestionan los ingresos petroleros "extrapresupuestarios" con total opacidad (los fondos se colocan en cuentas de París, Suiza y Nueva York). Varios miles de millones de dólares se desvían en beneficio de las compañías petroleras y de los funcionarios del régimen (más de 10.000 millones de dólares entre 1977 y 2006, según un estudio de la Universidad de Oxford). La influencia de Francia y de sus 9.000 nacionales en el Camerún sigue siendo considerable. La revista African Affairs señaló a principios de la década de 1980 que "siguen dominando casi todos los sectores clave de la economía, al igual que antes de la independencia". Los franceses controlan el 55% del sector moderno de la economía camerunesa y su control sobre el sistema bancario es total.»[3]
La caída de sus principales exportaciones -petróleo, cacao, café y algodón- a mediados de la década de 1980, sumada a una gran devaluación de la moneda y una mala gestión económica, condujo a una década de recesión. El PIB per cápita se redujo en más de un 60% en 8 años (1986-1994).[3] El déficit por cuenta corriente creció y la deuda externa se multiplicó. Sin embargo, debido a sus grandes reservas petroleras, minerales y a su agricultura, Camerún siguió siendo una de los países más dotados económicamente del África subsahariana.[1][3]
Las razones de las devaluaciones y la caída de las exportaciones fueron que el gobierno se embarcó en una serie de programas de reforma económica "apoyados" por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a partir de finales de 1980. Muchas de estas medidas tuvieron un efecto muy doloroso; el gobierno redujo, entre otros, los salarios en la administración pública en un 65% en 1993. A pesar de ello, el gobierno no cumplió con las condiciones de los primeros cuatro programas del FMI.