Discriminación de precios
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La discriminación de precios es una estrategia de precios microeconómica en la que bienes o servicios idénticos o muy similares son vendidos a precios diferentes por el mismo proveedor en distintos segmentos del mercado.[1][2][3] La discriminación de precios se distingue de la diferenciación de productos por la diferencia más sustancial en el coste de producción de los productos a los que se aplica un precio diferente en esta última estrategia. La diferenciación de precios se basa esencialmente en la variación de la disposición a pagar de los clientes[2][3] y en la elasticidad de su demanda. Para que la discriminación de precios tenga éxito, una empresa debe tener poder de mercado, como una cuota de mercado dominante, la exclusividad de un producto, un poder de fijación de precios único, etc.[4] Todos los precios discriminados son superiores al precio de equilibrio en un mercado perfectamente competitivo. Sin embargo, algunos precios discriminados pueden ser inferiores al precio aplicado por un monopolista de precio único. El monopolista utiliza la discriminación de precios para recuperar parte de las pérdidas de peso muerto.[5] Esta estrategia de precios permite a las empresas captar excedentes adicionales de los consumidores y maximizar sus beneficios, al tiempo que beneficia a algunos consumidores con precios más bajos. La discriminación de precios puede adoptar muchas formas y es frecuente en muchos sectores, desde la educación y las telecomunicaciones hasta la sanidad.[6]