Disciplina congregacional de los testigos de Jehová
disciplina congregacional de acuerdo a las prácticas y normativas canónicas de los Testigos de Jehová / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
La disciplina congregacional de los Testigos de Jehová es un conjunto de mecanismos formales de control utilizados dentro de su práctica organizacional. Estos mecanismos operan a diferentes niveles y están administrados por los ancianos de la congregación. Su objetivo es regular la conducta de sus asociados, miembros 'bautizados' y 'precursores' —los así llamados especialmente por una carga mayor de tiempo realizando proselitismo—, con base en su cuerpo de doctrinas y reglamentos fundamentados en sus principios ideológicos y escatológicos. Cualquier miembro que se involucre en una conducta que se considere "inapropiada" puede ser aconsejado o reprendido en privado por los ancianos, y las responsabilidades y mandatos en ejercicio dentro de la congregación pueden ser retenidas o restringidas. Los mecanismos de disciplina congregacional están detallados y descritos en el libro Pastoreen el rebaño de Dios[1]-manual utilizado por los ancianos- así como en otras publicaciones como la edición de estudio de La Atalaya, el libro enciclopédico Perspicacia para comprender las escrituras y otros libros de estudio utilizados en sus actividades religiosas.
Las audiencias privadas y procesos de juicio canónico que involucran "pecados graves" son realizadas por los llamados comités judiciales, en los que un tribunal de ancianos determina la culpabilidad y el eventual arrepentimiento. Se puede hacer cumplir una variedad de mecanismos de sanción y control interno, desde la reprensión y la restricción de los deberes y responsabilidades de la congregación hasta la excomunión, conocida como expulsión, que a diferencia del proceder existente en otras denominaciones cristianas incluye la "muerte social" (o Shunning) del sancionado por parte del grupo familiar y de todos los miembros de la congregación. Las personas expulsadas pueden ser reincorporadas después de un período prolongado si se considera de forma tangible que demuestran arrepentimiento.
La práctica de la expulsión, en particular, el rechazo y "muerte social" por parte de los miembros de la familia y miembros bautizados de los testigos de Jehová, ha sido criticada por exasociados,[2] víctimas de abuso eclesiástico,[3][4] teólogos de diversas corrientes cristianas,[5] organizaciones de derechos humanos, activistas feministas, activistas LGBTIQ+,[6] y diversos sectores de la sociedad no vinculados con la organización, así como diversas comisiones nacionales sobre abuso eclesiástico como las desarrolladas en Japón desde 2022 a la actualidad[7][8][9] y Australia en 2015,[10] en atención a situaciones graves y externalidades negativas documentadas tales como el encubrimiento sistemático a abusos sexuales al interior de la organización, la alta prevalencia de mujeres, niños, niñas, adolescentes y jóvenes en situación de calle procedentes de familias asociadas a los testigos de Jehová, la alta prevalencia de suicidios y enfermedades mentales en miembros y exmiembros de la organización,[11] las diversas vulneraciones en contra de mujeres, personas con discapacidad, niños, niñas y adolescentes, las diversas vulneraciones al derecho a la vida privada garantizados en legislaciones vigentes y tratados y convenciones internacionales, la inclusión de prácticas pseudocientíficas como las terapias de reorientación sexual en el contexto de los procedimientos disciplinarios de asesoramiento y reprensión,[cita requerida] entre otras situaciones y vulneraciones graves, muchas de ellas, actualmente en litigio[12]. Otras vertientes críticas con dichas prácticas incluyen además el autoritarismo y el rol de las teorías de la conspiración en la escatología y prácticas internas de disciplina interna de la organización, y cuestionamientos a las bases teológicas y escatológicas en que se basan y sustentan dichas doctrinas.