Delincuencia en El Salvador
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La delincuencia en El Salvador es uno de los mayores problemas del país, siendo los crímenes violentos los de mayor relevancia tanto a nivel nacional como internacional. Ha habido dos picos históricos de homicidios: el primero en 1995 con una tasa de 141,72 homicidios por cada 100 000 habitantes, el segundo en el año 2015 con una tasa de 105 homicidios por cada 100 000 habitantes,[1] para posteriormente tener una reducción de los homicidios hasta la actualidad, siendo el año 2022 el año menos violento en la historia moderna de El Salvador, con una tasa de 17,6 homicidios por cada 100 000 habitantes.[2]
Los principales causantes de estas olas de violencia son las pandillas, popularmente conocidas como "Maras". Se estima que existen más de 70 000 integrantes de pandillas en El Salvador, de los cuales según datos oficiales más de 40 000 ya se encuentran en prisión,[2] debido a una ofensiva gubernamental de la Administración Bukele en respuesta a un repunte de homicidios ocurrido en el mes de marzo de 2022, nombrado por el estado como Guerra Contra las Pandillas. Las pandillas más conocidas en El Salvador son la Mara Salvatrucha y La Pandilla 18.[3]
A finales de abril, el presidente Nayib Bukele ordenó el cierre de las cárceles en las que había miembros de pandillas luego de una ola de violencia entre el 24 y el 27 de abril de 2020, en la que murieron 77 personas, atribuida a los miembros de pandillas. Como parte de las acciones del gobierno salvadoreño en los recintos penitenciarios, los presos pasaron a ser encerrados en celdas durante 23 horas al día, además se bloquearon las señales móviles y wifi dentro de las cárceles y se mezclaron miembros de pandillas rivales.[4]