Cultura de Bulgaria
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La cultura de Bulgaria ha recibido influencias de varias civilizaciones antiguas, en particular, los tracios, griegos, romanos, eslavos y búlgaros. Los artefactos tracios incluyen varias tumbas y tesoros, mientras que los protobúlgaros han dejado rastros de su herencia en la música y arquitectura temprana. El tesoro más antiguo de oro trabajado en el mundo data del V milenio a. C. y se ubica en la Necrópolis de Varna.[1]
Bulgaria fungió como el centro de la Europa eslava durante buena parte de la Edad Media, ejerciendo considerable influencia literaria y cultural sobre el mundo ortodoxo oriental por medio de la Escuela literaria de Preslav y la de Ohrid. En el siglo X, en estas escuelas se creó el alfabeto cirílico.[2] Desde el acceso de Bulgaria a la Unión Europea, el 1 de enero de 2007, el cirílico se convirtió en el tercer alfabeto oficial de la Unión Europea, después del latino y el griego.
La contribución cultural de Bulgaria continuó durante los siglos XIX y XX, con individuos tales como John Atanasoff, un ciudadano estadounidense de origen búlgaro considerado el padre de la computadora digital. La cultura búlgara ha sido popularizada en el extranjero por varios connotados cantantes de ópera (Nicolai Ghiaurov, Boris Christoff, Raina Kabaivanska, Ghena Dimitrova, Anna Tomowa-Sintow, Vesselina Kasarova), el pianista Alexis Weissenberg y artistas exitosos, tales como Christo y Jeanne-Claude, Jules Pascin y Vladimir Dimitrov.