Culto a la personalidad de Simón Bolívar
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El culto a la personalidad de Simón Bolívar es la adoración y alabanza a la figura del líder y político venezolano Simón Bolívar en Venezuela y partes de América Latina, dónde monedas, plazas, municipios, estados y un país llevan su nombre.[1][2][3][4] El culto a la personalidad a Bolívar surge tras el proceso de independencia, ante el creciente nacionalismo y las ideas de intelectuales del romanticismo que mistificaron su imagen debido, en parte, a que Bolívar fue probablemente el primer latinoamericano universal por su innegable protagonismo en la lucha anticolonial.[5][6][7][8]
Bolívar fue admirado tanto en América como en Europa, en general en seis países lo consideran el padre de la patria: Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y su natal Venezuela.[9] En gran parte de América su figura fue alabada y una diversidad de intelectuales y políticos de varias latitudes fomentaron la creación de una corriente de pensamiento llamada bolivarianismo, por medio de una red organizaciones denominadas 'sociedades bolivarianas'.[9]
En Venezuela, el culto a Bolívar fue formado lo largo del siglo XIX por la élite política-intelectual como una herramienta de cohesión de una república recién formada y en constantes conflictos internos.[7][8] Escritores e historiadores como Eduardo Blanco, Juan Vicente González, Antonio Leocadio Guzmán y Mario Briceño Iragorry llegaron casi a divinizar a Bolívar y contribuyeron a la formación del bolivarianismo.[7][8]
Bolívar fue usado como factor de unidad y legitimación de regímenes militares autoritarios en Venezuela como lo fueron Antonio Guzmán Blanco, Juan Vicente Gómez, Eleazar López Contreras y Marcos Pérez Jiménez.[1][7] Los primeros gobiernos de la democracia venezolana, si bien no abandonaron el culto a Bolívar, sí lo redujeron considerablemente, pues el orden político se habría conseguido, por lo que su figura se hizo menos necesaria.[7] En 1999, tras una larga crisis institucional y económica, Hugo Chávez es electo presidente, dando inicio a un movimiento denominado Revolución Bolivariana, ideológicamente bolivariano y eventualmente también socialista, donde el culto a Bolívar llegó a niveles muy notables, y su nombre, imagen e ideas se volvieron omnipresentes en la sociedad venezolana.[1][6][7]
Algunos autores evalúan negativamente el culto a Bolívar. Según el escritor Elías Pino iturrieta, Bolívar "se convirtió en la religión republicana y en un santo a vestir del ropaje que más convenga a los políticos de turno".[6][7] El historiador Germán Carrera Damas expresa que "un culto del pueblo fue convertido por la clase dominante en un culto para el pueblo. Es decir que pasó de ser expresión de admiración y agradecimiento a ser un instrumento de manipulación ideológica del pueblo".[1][6][7][8] Otros autores por su parte opinan que este culto fomenta el patriotismo y sirve a la transformación y el mejoramiento de la sociedad venezolana.[2][4][10][11]