Controversia identitaria de Moldavia
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La controversia identitaria de Moldavia se refiere a la polarización social entre los prorrusos y los prooccidentales de este país tras su independencia de la Unión Soviética en 1991. Este fenómeno junto a la ausencia de una elite política capaz de imponer reformas coherentes, la generalización de la pobreza, la ausencia de un Estado de Derecho consolidado y el separatismo en Transnistria y Gagaúzia han obstaculizado su consolidación democrática.[1]
Así mismo, en el ámbito exterior, la posición ambigua de Moldavia –que oscila entre el acercamiento a Rusia y la orientación prooccidental– ha perjudicado la percepción del país como un socio fiable.[1]