Ceto (hija de Ponto)
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En la mitología griega, Ceto (Κητώ / Kētō: «pez grande», de ahí «cetáceo»), era un espantoso monstruo acuático femenino, hija de Gea, la Tierra, y de Ponto, el Mar. Ceto estaba asociada con los peligros del mar y los monstruos marinos, como ballenas o tiburones. La palabra «ceto» terminó siendo una palabra para referirse a cualquier monstruo marino,[1] y sigue usándose así. Su papel en la mitología es la de madre de una progenie de monstruos acuáticos y serpentiformes, en su unión con su hermano, Forcis, con el que tuvo muchas hijas, conocidas colectivamente como las Fórcides (aunque de todas sus hijas las Grayas suelen ser descritas directamente como las Fórcides). En el arte griego era representada como un pez con forma de serpiente. Ceto también dio nombre a la constelación Cetus, la Ballena. En el denominado ciclo de Perseo, el héroe mitológico derrota a Ceto antes de que devore a Andrómeda, hecho muy representado en obras de pintores como Tiziano, Rubens o Delacroix.[2] La naturaleza de Ceto es similar a la de otras diosas con las que está asociada, como Caribdis, Cratéis, Escila, Lamia, Equidna y Hécate; diosas engendradoras de monstruos y de naturaleza informe y bestial.