Usuario:AnMediterra/Lesión del ligamento cruzado anterior
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La lesión del ligamento cruzado anterior se produce cuando el ligamento cruzado anterior (LCA) se distiende o se desgarra parcial o completamente.[1] La lesión más habitual es el desgarro completo.[1] Los síntomas de la rotura del LCA son dolor, un chasquido en el momento de la lesión, inestabilidad de la rodilla e hinchazon de la articulación [1], que suele instaurarse en las dos horas posteriores a la lesión.[2] En la mitad de los casos aproximadamente, también se dañan otras otras estructuras de la rodilla, como los ligamentos circundantes, el cartílago o el menisco [1]
Lesión del ligamento cruzado anterior | ||
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Dibujo de la rodilla derecha | ||
Especialidad | Traumatología | |
Síntomas | Chasquido acompañado de dolor, inestabilidad e hinchazón de la rodilla [1] | |
Causas | Lesión sin contacto, lesión por contacto directo[2] | |
Factores de riesgo | Deportistas, sexo femenino [1] | |
Diagnóstico | Exploración física, RM[1] | |
Prevención | Entrenamiento neuromuscular,[3] fortalecimiento del tronco[4] | |
Tratamiento | Dispositivos ortopédicos, fisioterapia, cirugía[1] | |
Frecuencia | aprox. 200 000 al año (EE. UU.)[2] |
Entre los mecanismos causantes más frecuentes se encuentran un cambio rápido de dirección, una parada brusca, la caída tras un salto o un impacto directo contra la rodilla.[1] Es más común en deportistas, en particular en aquellos que practican esquí alpino, fútbol, fútbol americano o baloncesto.[1] [5] Por lo general, el diagnóstico se realiza mediante una exploración física y, a veces, se complementa con imágenes de resonancia magnética (RM). [1] En la exploración física, a menudo, se observa dolor, disminución del rango de movimiento y aumento en la laxitud de la rodilla.[6]
La prevención de la lesión se consigue mediante el entrenamiento neuromuscular y el<b>fortalecimiento del tronco</b>[3] [4] La elección del tratamiento dependen del nivel de actividad del paciente. [1] En pacientes con previsión de nivel bajo de actividad física puede ser suficiente el tratamiento no quirúrgico, que incluye <b>dispositivos ortopédicos</b> y fisioterapia. [1] Sin embargo, en personas con altos niveles de actividad se suele recomendar la reparación quirúrgica mediante la reconstrucción artroscópica del ligamento cruzado anterior. [1] La reconstrucción consiste en el reemplazo con un tendón obtenido en otra parte del cuerpo o procedente de un cadáver. [6] Tras la operación, la rehabilitación incluye incrementos progresivos del rango de movimiento de la articulación y el fortalecimiento de los músculos alrededor de la rodilla. [1] En los casos en los que se indica el tratamiento quirúrgico, éste no se lleva a cabo hasta que la inflamación ha remitido.[1]
En Estados Unidos unas 200.000 personas al año se ven afectadas por esta lesión. [2] En algunos deportes, las mujeres presentan un mayor riesgo de lesión del LCA, mientras que en otros deportes la distribución por sexos es similar. [5] [7] Aunque los adultos con un desgarro completo presentan mayor tasa de osteoartritis de rodilla, no se ha comprobado que la elección terapéutica modifique el riesgo de sufrir dicha complicación.[8]