Tratado de Alcañices
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El Tratado de Alcañices (Portugués: Tratado de Alcanizes) fue un acuerdo bilateral suscrito en 1297 entre la Corona de Castilla y el reino de Portugal y firmado por el rey Fernando IV de Castilla,[1] en cuyo nombre, por ser menor de edad, actuaba la reina María de Molina, y por el rey Dionisio I de Portugal. Fue rubricado el 12 de septiembre de 1297 en la villa zamorana que le da nombre (Alcañices), dando lugar a una de las fronteras más antiguas de Europa.