Teoría del mandato divino
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La teoría del mandato divino (también conocida como voluntarismo teológico)[1][2] es una teoría metaética que propone que el estatus de una acción como moralmente buena es equivalente a si está ordenada por Dios. La teoría afirma que lo que es moral está determinado por los mandamientos de Dios y que para que una persona sea moral debe seguir los mandamientos de Dios. Los seguidores de religiones monoteístas y politeístas en los tiempos antiguos y modernos a menudo han aceptado la importancia de los mandamientos de Dios para establecer la moralidad.
Se han presentado numerosas variantes de la teoría: históricamente, figuras como San Agustín, Duns Escoto, Guillermo de Ockham y Søren Kierkegaard han presentado varias versiones de la teoría del mandato divino; Más recientemente, Robert Merrihew Adams ha propuesto una "teoría del mandato divino modificada" basada en la omnibenevolencia de Dios en la que la moralidad está vinculada a las concepciones humanas del bien y del mal. Paul Copán ha argumentado a favor de la teoría desde un punto de vista cristiano, y la teoría de la motivación divina de Linda Trinkaus Zagzebski propone que las motivaciones de Dios, más que los mandatos, son la fuente de la moralidad.
Se han propuesto desafíos semánticos a la teoría del mandato divino; El filósofo William Wainwright argumentó que ser ordenado por Dios y ser moralmente obligatorio no tienen un significado idéntico, lo que, en su opinión, dificultaría la definición de la obligación. También sostuvo que, dado que la teoría del mandato divino requiere el conocimiento de Dios para la moralidad, los ateos y agnósticos no pueden ser morales; vio esto como una debilidad de la teoría. Otros han desafiado la teoría por motivos modales, argumentando que, incluso si el mandato de Dios y la moralidad se correlacionan en este mundo, es posible que no lo hagan en otros mundos posibles. Además, el dilema de Eutifrón, propuesto por primera vez por Platón (en el contexto de la religión griega politeísta), presentaba un dilema que amenazaba con resultar en la arbitrariedad moral de la moralidad misma, o con la irrelevancia de Dios para la moralidad. La teoría del mandato divino también ha sido criticada por su aparente incompatibilidad con la omnibenevolencia de Dios, la autonomía moral y el pluralismo religioso, aunque algunos estudiosos han defendido la teoría frente a estos desafíos.