Semana laboral de cuatro días
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La semana laboral de 4 días o semana de 4 días es una de las formas de organizar la jornada de trabajo semanal, estableciendo el número de días laborales en cuatro. Se reduce la semana laboral tradicional de 5 días, -de lunes a viernes-, a cuatro días -de lunes a jueves, de martes a viernes, u otras fórmulas dependiendo de la tipología de los trabajos-.[1][2][3][4][5]
La 'semana laboral de 4 días' con una jornada de 8 horas diarias y 32 horas semanales, sin reducción del salario, es una reivindicación sindical, política, económica y social[6] para establecer una semana laboral normalizada de cuatro días que garantice el acceso al trabajo, favorezca la creación de empleo y por tanto la reducción del desempleo, permita conciliar la vida laboral con la personal y aumente la satisfacción general de la sociedad. Sus defensores alegan que la implantación en empresas así como las pruebas y ensayos en otras muestran un aumento de la productividad y una mejora en todos los indicadores de bienestar de los trabajadores, incluida la salud. Asimismo destacan que tiene beneficios medioambientales -en el consumo energético de la propia empresa y al reducirse los desplazamientos-, mitigando el cambio climático.[7]