Revuelta íbera
revuelta de los pueblos íberos contra la dominación romana en el siglo II a. C. / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
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La revuelta íbera (197-195 a. C.) fue una rebelión de los pueblos íberos de las provincias Citerior y Ulterior, creadas poco antes en Hispania por el Estado romano para regularizar el gobierno de estos territorios, contra esa dominación romana en el siglo II a. C.[17]
Revuelta íbera (197-195 a. C.) | ||||
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Parte de Conquista de Hispania | ||||
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Fecha | de 197 a. C. a 195 a. C. | |||
Lugar | Hispania | |||
Casus belli | Cambios administrativos y fiscales, debidos a la transformación del territorio en dos provincias.[1] | |||
Conflicto | La República envía al cónsul Marco Porcio Catón,[2] quien consigue derrotar a los sublevados y restablecer el control de Roma.[3] | |||
Resultado | Victoria romana | |||
Consecuencias | Prisioneros vendidos como esclavos, el resto de habitantes desarmados.[4] | |||
Cambios territoriales | Roma restablece el control sobre Hispania.[5] | |||
Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
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Unidades militares | ||||
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Bajas | ||||
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A partir de 197 a. C. la República romana dividió sus conquistas en el sur y este de la península ibérica en dos provincias: Hispania Citerior e Hispania Ulterior,[18] cada una de ellas gobernada por un pretor. Aunque varias causas se han planteado como posibles responsables del conflicto, la más aceptada es la derivada de los cambios administrativos y fiscales producidos por la transformación del territorio en dos provincias.[1]
Iniciada la revuelta en la provincia Ulterior, Roma envió a los pretores Cayo Sempronio Tuditano[19][20] a la provincia Citerior y Marco Helvio Blasión,[10] a la Ulterior. Poco antes de que la rebelión se propagase hasta la provincia Citerior, Cayo Sempronio Tuditano murió en combate. Sin embargo, Marco Helvio Blasión, que al llegar a su provincia se dio de bruces con la revuelta, consiguió una importante victoria sobre los celtíberos en la batalla de Iliturgi.[14] La situación seguía lejos de estar controlada, y Roma envió a los pretores Quinto Minucio Termo y a Quinto Fabio Buteón en un nuevo intento de solucionar el conflicto. No obstante, aunque éstos lograron algunas victorias, como en la batalla de Turda,[14] donde Quinto Minucio logró incluso capturar al general hispano Besadino,[15] tampoco consiguieron resolver del todo la situación.
Fue entonces cuando Roma hubo de enviar en 195 a. C. al cónsul Marco Porcio Catón al mando de un ejército consular a suprimir la revuelta,[2] quien, cuando llegó a Hispania encontró toda la provincia Citerior en rebeldía, con las fuerzas romanas controlando solo algunas ciudades fortificadas. Catón estableció una alianza con Bilistages,[21] rey de los ilergetes, y contaba también con el apoyo de Publio Manlio, recién nombrado pretor de Hispania Citerior y enviado como ayudante del cónsul.[22] Catón se dirigió hacia la península ibérica, desembarcó en Rhode y sofocó la rebelión de los hispanos que ocupaban la plaza. Posteriormente se trasladó con su ejército a Emporion, donde se libraría la mayor batalla de la contienda, contra un ejército indígena ampliamente superior en número.[23] Después de una larga y difícil batalla, el cónsul logró una victoria total,[24] consiguiendo infligir 40 000 bajas en las filas enemigas.[16] Después de la gran victoria de Catón en esta batalla decisiva, que había diezmado las fuerzas hispanas, la provincia Citerior cayó de nuevo bajo control de Roma.[25]
Por otro lado, la provincia Ulterior seguía sin estar controlada, y el cónsul hubo de dirigirse hacia la Turdetania para apoyar a los pretores Publio Manlio y Apio Claudio Nerón.[26] Catón intentó establecer una alianza con los celtíberos, que actuaban como mercenarios pagados por los turdetanos y cuyos servicios necesitaba, pero no logró convencerles.[27] Tras una demostración de fuerza, pasando con las legiones romanas por el territorio celtíbero,[28] les convenció para que volvieran a sus tierras. La sumisión de los indígenas era solamente una apariencia, y cuando corrió el rumor de la salida de Catón hacia Roma, la rebelión se reanudó. Catón hubo de actuar de nuevo con decisión y efectividad, venciendo a los sublevados definitivamente en la batalla de Bergium.[29] Finalmente, Catón vendió a los cautivos como esclavos y los indígenas de la provincia fueron desarmados.[30][4]