Negociaciones de Vikzhel
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Las negociaciones de Vikzhel fueron unas conversaciones, finalmente fracasadas, entre los partidos socialistas rusos impuestas por el Comité Ejecutivo Panruso del Sindicato del Ferrocarril (Vikzhel) con el fin de sustituir el Sovnarkom, un Gobierno exclusivamente bolchevique recién formado durante la Revolución de Octubre, por una coalición de las fuerzas socialistas.
Tras la toma del poder por los bolcheviques durante la Revolución de Octubre, sus opositores políticos socialistas recurrieron a las armas. Vikzhel, partidario de la formación de un Gobierno de coalición entre los diversos partidos socialistas, los obligó a iniciar negociaciones para su creación.[1] Vikzhel amenazaba con paralizar el transporte ferroviario, fundamental para abastecer las ciudades y transportar las tropas tanto del Sovnarkom como las de sus adversarios.[1]
La actitud de los distintos partidos varió según la suerte de los combates, que Vikzhel no había logrado detener. Las corrientes más conservadoras de los partidos Socialista revolucionario (PSR) y Menchevique se mostraron al comienzo intransigentes y partidarias de deshacer las consecuencias de la Revolución de Octubre en la mesa de negociaciones, posibilidad favorecida por la pujanza de la fracción bolchevique dispuesta al acuerdo y la adversa situación militar gubernamental. Petrogrado se encontraba amenazada por las fuerzas reunidas por Kérenski y Moscú estaba aún en disputa.
Por otro lado, facciones de los tres partidos —Socialista revolucionario (PSR), Partido Socialista revolucionario de izquierda (PSRI) y Menchevique— abogaban con vehemencia por la formación de la coalición. Tras varias sesiones, las partes alcanzaron un principio de acuerdo que, sin embargo, acabó rechazando la mayoría del Comité Central bolchevique, nuevamente bajo el control de la fracción leninista, opuesta a las concesiones a las corrientes moderadas de las otras formaciones. La victoria bolchevique en Moscú, el aplastamiento del levantamiento de los cadetes en la capital y el fracaso de la ofensiva de Kérenski contra Petrogrado endurecieron la posición bolchevique al tiempo que moderaron las exigencias de sus adversarios socialistas.
Lenin, con el apoyo fundamental de Trotski y el respaldo cada vez mayor del comité central bolchevique, exigió una serie de condiciones para continuar las conversaciones inaceptables para la otra parte, que respondió con las suyas propias, rechazadas a su vez por el Sovnarkom. Los esfuerzos de los bolcheviques moderados por alcanzar un acuerdo intermedio, que no incluyera todas las condiciones aprobadas por su comité central, llevó a Lenin a tratar de imponerles la disciplina del partido y a retarlos a tomar el control. Los moderados, en respuesta, dimitieron de sus puestos en el Gobierno y en el comité central, lo que no sirvió para moderar la posición de aquel. Tras varios días, el rechazo de las condiciones de la oposición por parte de la fracción leninista y la renuencia de la mayoría de la oposición a aceptar las de los bolcheviques condujeron al fracaso de las negociaciones. Semanas después, sin embargo, los socialistas revolucionarios de izquierda, escindidos ya del PSR, entraron en el Gobierno.