Inmigración sueca en los Estados Unidos
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La inmigración sueca en los Estados Unidos en el siglo XIX y principios del XX llevó unos 1,3 millones de suecos a dejar su patria y emigrar a dicho país. A pesar de que las tierras fronterizas de los Estados Unidos tuvieron un efecto de llamada sobre las clases bajas de toda Europa, otros factores animaron especialmente a los suecos a tomar el camino de la emigración. Existía un amplio resentimiento contra la represión religiosa llevada a cabo por la luterana Iglesia de Suecia y el conservadurismo social y el esnobismo clasista de la monarquía sueca. El crecimiento demográfico y las malas cosechas provocaron que las condiciones de vida en el campo empeoraran. En contraposición, las noticias procedentes de los primeros emigrantes suecos presentaban el Medio Oeste de los Estados Unidos como un paraíso terrenal lleno de oportunidades y alababan la libertad religiosa y política estadounidense.
Suecos en Estados Unidos | ||
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Swedish American United States (en inglés) Svenskamerikan (en sueco) | ||
Emigrantes suecos embarcando en Gotemburgo en 1905. | ||
Pueblo de origen | ||
Lugar de origen |
Suecia Åland ( Finlandia) | |
Población estimada | 4 347 703 (1.4% de la población estadounidense) (2009)[1] | |
Cultura | ||
Idiomas | inglés estadounidense, sueco | |
Religiones | Predominantemente Cristianismo (luteranismo, Iglesia de Suecia, protestantismo, catolicismo, ateísmo, mormonismo). | |
Principales asentamientos | ||
Medio Oeste de Estados Unidos, especialmente Minnesota | ||
La máxima afluencia de emigrantes suecos se produjo en las décadas posteriores a la Guerra de Secesión (1861-1865). Según el censo estadounidense de 1890, la población de origen sueco rondaba las 800.000 personas. La mayoría de los emigrantes se convirtieron en clásicos pioneros, despejando y cultivando las praderas de las Grandes Llanuras, aunque otros se quedaron en las ciudades, especialmente en Chicago. Normalmente las jóvenes solteras pasaron de trabajar en la agricultura en Suecia a trabajar como criadas en las ciudades. Muchos suecos ya establecidos en los Estados Unidos visitaron su país natal a finales del siglo XIX y sus narraciones ilustran las diferencias entre las costumbres y formas de ambos estados. Algunos realizaron el viaje con la intención de pasar sus últimos años en Suecia, pero cambiaron de opinión cuando se encontraron con lo que ellos pensaban que era una aristocracia arrogante, una clase trabajadora ordinaria y degradada y una falta de respeto hacia las mujeres.
Tras un descenso en el número de emigrantes en la década de 1890, este volvió a crecer provocando una alarma nacional en el país de origen. En 1907 se instituyó una prolongada comisión parlamentaria para la emigración. Esta recomendó reformas económicas y sociales para reducir la emigración al «traer lo mejor de América a Suecia». Las principales propuestas de la comisión se implementaron rápidamente: sufragio universal femenino, mejores viviendas, desarrollo económico general y una educación popular más amplia. Es difícil evaluar el efecto de estas medidas, ya que la Primera Guerra Mundial (1914-1918) estalló un año después de que la comisión publicara su último volumen, reduciendo la emigración a un mero goteo. Desde mediados de la década de 1920 ya no se volvió a producir una gran emigración desde Suecia a los Estados Unidos.