Historiografía eclesiástica medieval
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La historiografía eclesiástica medieval abarca la producción historiográfica religiosa de la Edad Media europea, que terminó por generar un estilo propio para desarrollar la historia y transferirla a la posteridad. Éste tuvo su origen en Eusebio de Cesarea,[1] que creó un nuevo género de escritura y regimentó diversos seguidores que pasaron a divulgarlo o copiarlo, aunque sólo sea indirectamente, su modelo.[2]
Se caracterizó en general por la propuesta de exhibición de las metas y de los métodos de los historiadores en sus obras, procurando dejar en claro sus objetivos y cómo habían conseguido reunir la información necesaria para cada uno de sus escritos.[3] Su principal método era la narración y su principal meta era la transferencia de información para los tiempos futuros.[3][4] Existían graves problemas para la confección de las obras y, entre ellos, los principales eran la demanda de material documental —raro y escaso— y las varias incoherencias entre las obras, resultado de falsificaciones, en muchos casos.[5][6]
A pesar de los problemas, la historiografía eclesiástica de la Edad Media tuvo su importancia para el desarrollo de la historia como una disciplina académica, tal y como afirmó el historiador Bernard Guenée,[7] quien dejó un legado que incluye el desarrollo de las ciencias auxiliares como la bibliografía, la epigrafía, la arqueología y la genealogía.