Historia del papado (1048-1257)
la historia del papado, desde 1046 hasta 1216, estuvo marcada por el conflicto entre los papas y el Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
La historia del papado desde 1046 hasta 1216 estuvo marcada por el conflicto entre los papas y el Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, sobre todo por la Querella de las investiduras, una disputa sobre quién— papa o emperador— podía nombrar a los obispos dentro del Imperio. La humillación de Canossa en 1077 para reunirse con el Papa Gregorio VII (1073-85), aunque no es determinante en el contexto de la disputa más amplia, se ha convertido en una leyenda. Aunque el emperador renunció a cualquier derecho a la investidura laica en el Concordato de Worms (1122), la cuestión volvería a estallar.
La corona imperial de los emperadores de la dinastía carolingia se disputó entre sus herederos y los señores locales; ninguno salió victorioso hasta que Otón I del Sacro Imperio Romano Germánico invadió Italia. Italia se convirtió en un reino constituyente del Sacro Imperio Romano en el año 962, momento a partir del cual los emperadores fueron germánicos. A medida que los emperadores consolidaban su posición, las ciudades-estado del norte de Italia se dividían entre güelfos y gibelinos.
Las antiguas divisiones entre Oriente y Occidente también llegaron a su punto álgido en el Cisma de Oriente y las Cruzadas. En los primeros siete concilios ecuménicos habían participado tanto prelados occidentales como orientales, pero las crecientes diferencias doctrinales, teológicas, lingüísticas, políticas y geográficas acabaron por provocar denuncias y excomuniones mutuas. El discurso del Papa Urbano II (1088-99) en el Concilio de Clermont en 1095 se convirtió en el grito de guerra de la Primera Cruzada.
A diferencia de la milenio anterior, el proceso de selección papal se hizo algo fijo durante este periodo. El Papa Nicolás II promulgó In Nomine Domini en 1059, que limitaba el sufragio en las elecciones papales al Colegio de Cardenales. Las reglas y procedimientos de las elecciones papales evolucionaron durante este periodo, sentando las bases del moderno cónclave papal. El impulsor de estas reformas fue el cardenal Hildebrando, que más tarde se convertiría en Gregorio VII.