Historia de la industria en la Argentina
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El inicio de la industria en la Argentina se remonta a la expansión económica de la generación del 80 en el marco del llamado modelo agroexportador, que consistía en la exportación de productos agropecuarios y en la importación de productos industriales, teniendo la industria una participación secundara y complementaria. Se comenzaron a crear algunas fábricas, sobre todo aquellas destinadas a producir productos para el mercado interno y en ocasiones el externo, generalmente alimentos. Pero ningún producto de fabricación industrial llegaba a ser exportado, ni se llegaban a hacer manufacturas muy complejas. Recién durante el primer Gobierno de Hipólito Yrigoyen se establecieron una mayor cantidad de establecimientos industriales. Durante la Década Infame (1930-1943) se instalaron varios establecimientos industriales alrededor de Buenos Aires, y comenzó una fuerte migración desde el interior de la Argentina al actual Gran Buenos Aires.
El siguiente período de crecimiento industrial fue el Gobierno de Juan Domingo Perón: se crearon fábricas de equipamientos militares y se radicaron varias industrias pesadas (como las automotrices). Esas industrias surgieron a través de subsidios del Estado con el objetivo de fabricar productos exportables. El gobierno de Arturo Frondizi fue de gran expansionismo industrial: se continuaron los proyectos industriales que había comenzado el peronismo, además se radicaron mayor cantidad de industrias a través de la política de los capitales extranjeros, y se forjó el abastecimiento de materias primas como petróleo (industrias petroquímicas y combustibles), acero (industrias pesadas). Pero además se cubrió la demanda de automotores que existía en Argentina, logrando responder a esa demanda con automotores de fabricación nacional. La siguiente década de 1960 sería de gran expansión económica gracias a los avances de este periodo.
Tras la vuelta de Perón en 1973, se realizaron nuevas obras para la industria, y entre 1973 a 1974 se registró la máxima producción histórica en el sector industrial. pero esta cayó a consecuencia de la crisis del petróleo de 1973. En 1976 la dictadura cívico-militar argentina (1976-1983) acabó con los proyectos industriales anteriores y, además, restringió o eliminó beneficios de promoción industrial y subsidios, y abrió el mercado externo sin restricciones, iniciando la destrucción del aparato productivo industrial argentino.
Las políticas de la dictadura ocasionaron un crecimiento del 600 % de la deuda externa. En 1981 se inició un largo período de ajuste, signado por la deuda y la creciente inflación. En esta década la actividad industrial se vio envuelta en ciclos intensos de altibajos en su producción. El siguiente gobierno democrático de Raúl Alfonsín tuvo que enfrentar la debilidad económica del país; lo hizo mediante el Plan Austral, el cual funcionó por poco tiempo: la inflación se disparó violentamente hacia la hiperinflación. El Gobierno de Carlos Menem, a causa de la política de convertibilidad y la reapertura de las importaciones, redujo drásticamente la rentabilidad empresaria, provocando una fuerte caída de la industria nacional. Se cerraron o privatizaron las industrias y empresas que quedaban bajo poder del Estado, como las privatizaciones de Aerolíneas Argentinas en 1990 o de YPF en 1992. El modelo neoliberal llegaría a su fin con la crisis del 2001, una de las mayores de la historia argentina.
Hoy en día la estructura industrial argentina crece con ciertos altibajos. Es una de las mayores economías industriales de Sudamérica. Sin embargo se encuentra lejos de la estructura industrial de la década de 1960.