Geografía física de Cantabria
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Cantabria se encuentra en el sector central de la costa cantábrica. Limita al norte con el mar Cantábrico y al oeste con Asturias, al este con el País Vasco y al sur con Castilla y León (León, Palencia, y Burgos). Existe un enclave cántabro en Vizcaya, el Valle de Villaverde, y tres enclaves palentinos en Cantabria: Cezura, Lastrilla y Berzosilla, en el sur.
Posee una superficie de 5321 km² y sus costas tienen una longitud total de 165,7 kilómetros. Su cabo más sobresaliente es el Cabo de Ajo (43°30′42.49″N 3°35′26.66″O).
En Cantabria, de manera general, encontramos tres ámbitos geográficos bien diferenciados: La Marina, La Montaña y Campoo y los valles del sur pertenecientes a las cuencas del río Ebro y del Duero. La presencia predominante de la montaña explica que históricamente además se conozca a la región entera como La Montaña. El 50% de su territorio está por encima de los 600 metros de altitud y el 75% a más de 200 m. Un tercio de la región presenta pendientes de más del 30%.[1]
Cantabria se asienta en el sector central de la Cordillera Cantábrica. Al este se encuentra el imponente macizo occidental de los Picos de Europa, que se eleva a más de 2000 metros, cerrada por el norte por la sierra de Peña Sagra. Los Picos de Europa son una unidad con personalidad propia, ya que se trata de un macizo de calizas masivas, fracturado y elevado. Es punto de encuentro entre el mundo mediterráneo y el atlántico, entre las altas montañas del este y las bajas del oeste. Las mayores altitudes son: Torre Blanca (2615 m), Peña Vieja (2613 m), Peña Prieta (2536 m), Peña Remoña (2240 m), Tres Mares (2222 m) y Peña Labra (2018 m).
Dos son los elementos organizadores del relieve cántabro, la montaña y la costa. La costa está formada por una estrecha rasa mareal que da continuidad a Cantabria de este a oeste. Se trata de una planicie más o menos ancha que se extiende desde el borde del mar, o acantilado, hasta las primeras laderas de las montañas. Su génesis es la de una antigua costa marina, batida por las olas que hoy en día ha quedado emergida a varios metros sobre el nivel del mar, en algunos puntos incluso más de 100 metros.
En las montañas, además de los Picos de Europa, están las sierras, continuación de las sierras prelitorales asturianas. Son la Sierra del Escudo de Cabuérniga, montes de Ucieda, Alto del Gueto, Sierra de la Matanza y Sierra de Breñas. Son cadenas montañosas de unos 600-1000 metros de altitud, que separan el litoral de las tierras del interior. Estas tierras del interior no se resuelven en un surco prelitoral, sino en una sucesión de valles orientados de sur a norte que organizan la red hidrográfica cantábrica. Son los valles de Lamasón, Cabuérniga, Buelna, Toranzo, Carriedo, Cayón, Ruesga y Guriezo.
La continuación de los Picos de Europa se resuelve en una serie de sierras que forman la divisoria de aguas entre el Cantábrico, el Duero y el Ebro: sierras de Híjar, Bárcena Mayor, El Escudo, La Magdalena y la Sierra del Hornijo. Entre estas se encuentran una serie de valles: Baró, Cereceda, Valdeprado (los tres forman la comarca de Liébana), Luena, Pas y Soba.
Por último, al sur se encuentra el valle del Ebro que se cierra por las montañas palentinas.
Cantabria se divide, desde le punto de vista litológico, en dos conjuntos: las calizas del este y la cobertera mesozoica y terciaria del oeste, culminados, también por calizas, pero con presencia de arcillas y areniscas. Formación típica de los conjuntos sedimentarios. La caliza es omnipresente en Cantabria, por lo que la región es uno de los principales conjuntos kársticos del país, pero también la pizarra, las margas y las arcillas que conforman el relieve de las partes bajas.
Las montañas surgieron de los depósitos marinos plegado durante la orogenia alpina. La potencia de los pliegues es muy diferente de este a oeste. En el oeste es mucho más potente, aquí aparecen las mayores altitudes y los mantos de corrimiento, mientras que en oeste son mucho más suaves, y aparecen pliegues suaves, de tipo jurásico, bien directos bien invertidos. La red hidrográfica se adaptará a las direcciones de esta estructura orogénica.
Todo el conjunto montañoso, sobre todo en las cumbres más altas, está retocado por el relieve glaciar. Proliferan los circos y valles glaciares, pero también las morrenas y diversos depósitos glaciares. También aparecen restos de erosión periglaciar, aunque está mucho más desmantelada.
En la costa predominan los acantilados, habiendo muy poca costa baja. Se trata de una costa estructural, muy poco erosionada desde el final de la orogenia alpina. Es una costa dentada, con muchos cabos y rías, pero de desarrollo moderado.