Félix O'Neille y O'Neille
militar español (s. XVIII) / De Wikipedia, la enciclopedia encyclopedia
Félix O'Neille y O'Neille (Creggan (Newry, Mourne y Down), Irlanda, 1 de noviembre de 1720 - Zaragoza, 12 de julio de 1792) fue un militar español de origen irlandés. Era hijo de Enrique O’Neille y O’Neille y de Catalina O'Neill y Magines, hija de Hugo O'Neill, el Gran Conde del Úlster.[1][2] Se casó en la Coruña con Jacoba Ignacia Varela Sarmiento, con la que tuvo tres hijos, Terencio, Félix y Juan.[3][2]
Félix O'Neille y O'Neille | ||
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Capitán general de Galicia | ||
28 de noviembre de 1774-26 de abril de 1777 | ||
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Capitán general de Cataluña | ||
1784-1784 | ||
Predecesor | Francisco González de Bassecourt | |
Sucesor | Francisco González de Bassecourt | |
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Capitán general de Aragón | ||
3 de septiembre de 1784-12 de julio de 1792 | ||
Predecesor | José de Gregorio y Mauro | |
Sucesor | Miguel de la Cueva y Enríquez de Navarra | |
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Información personal | ||
Nacimiento |
1 de noviembre de 1720 Creggan (Reino Unido) | |
Fallecimiento |
12 de julio de 1792 (71 años) Zaragoza (España) | |
Nacionalidad | Española | |
Familia | ||
Madre | Catherine O'Neil | |
Información profesional | ||
Ocupación | Militar | |
Distinciones | ||
Ingresó en el ejército Español y luchó en las campañas de Italia. En 1745 salvó la vida al pretendiente Carlos Eduardo Estuardo en la batalla de Culloden. Hecho prisionero por los británicos, fue condenado a muerte y encarcelado durante 15 meses en el castillo de Edimburgo.[4] En 1779 ascendió a teniente general. De 1774 a 1778 fue Capitán general de Galicia interino[5] y en 1784 fue nombrado capitán general de Aragón y presidente de la Real Audiencia de Aragón, cargo que ocupó hasta su muerte. También fue temporalmente Capitán general de Cataluña.[6]
Decidido impulsor de los avances técnicos propuestos por la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, fue su director entre 1791 y 1792. Algunos de los proyectos de O’Neille fueron la mejora y promoción de productos aragoneses, como los vinos, que pretendía exportar al País Vasco, y el carbón de Utrillas, que quería usar de combustible en los hogares y la industria. También propuso la conversión de la Escuela de Dibujo en Real Academia. Su contemporáneo y biógrafo, Antonio Arteta de Monteseguro (1745–1813), consideraba que O’Neille estaba convencido de que «la agricultura era el resorte principal de las riquezas de un país y en la que se fundaba todo su poder sólido y constantemente, es decir era un ilustrado fisiócrata».[7]