Fondo para la Soberanía Europea
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El Fondo para la Soberanía Europea[2] es una propuesta de la Comisión Europea —en el contexto de la revisión del sexto marco financiero plurianual— para respaldar la industria de la Unión Europea en sectores estratégicos a través de la inversión. Aunque el proyecto ha hecho parte del plan de gobierno de la Comisión Von der Leyen desde sus inicios en 2019,[3] las medidas concretas para su desarrollo sólo serán presentadas en el verano boreal de 2023.[2]
El fondo esta enmarcado dentro del Plan Industrial del Pacto Verde que busca aumentar la financiación para las tecnologías limpias ya que según la Comisión «para mantener el atractivo de la industria europea, es necesario ser competitivo con las ofertas y los incentivos disponibles fuera de la UE». La iniciativa ha tomado impulso desde 2022 y sus partidaros la presentan como necesaria para contrarrestar el plan de subsidios verdes (Ley de Reducción de la Inflación) aprobado por el gobierno de Estados Unidos que plantea preocupaciones porque eventualmente discrimina a las empresas comunitarias. Por eso, el Ejecutivo comunitario propondrá una reforma temporal de las reglas sobre ayudas públicas nacionales, con el objetivo de «simplificar» y «acelerar» los procedimientos con «modelos simples de desgravación fiscal» y una ayuda para «plantas de producción en cadenas de valor estratégicas de tecnología limpia, para contrarrestar los riesgos de deslocalización causados por los subsidios extranjeros».[4]
Ya que no todos los Estados miembros disponen de un margen presupuestario suficiente, la Comisión considera que el Plan Industrial del Pacto Verde necesita un fondo para la soberanía con el cual poder «evitar un efecto de fragmentación en el mercado único». En este sentido, el fondo pretende aumentar la financiación de la UE proporcionando «una solución estructural para aumentar los recursos disponibles para la investigación, la innovación y los proyectos industriales estratégicos».[5]
Por otra parte, la mayoría de los miembros del Consejo Europeo considera que antes de poner en marcha este instrumento sería necesario explotar los que ya existen.[1] Mientras los gobiernos nacionales y la instituciones europeas están reflexionando sobre «el posible origen de las financiaciones». El comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, por ejemplo, ha abogado por la oportunidad de emitir nueva deuda pública de la Unión Europea.[6]