Educación emocional
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La educación emocional[1]Es un proceso educativo, continuo y permanente que pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo integral de la persona, que tiene como finalidad aumentar el bienestar personal y social (Bisquerra, 2023).
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“La educación emocional es una forma de prevención primaria inespecífica. Entendemos como tal a la adquisición de competencias que se pueden aplicar a una multiplicidad de situaciones, tales como la prevención de consumo de drogas, prevención del estrés, ansiedad, depresión, violencia, etc.” (Bisquerra, 2005, p. 97).
Es importante que la escuela ofrezca una educación emocional, pues otorga herramientas para la resolución de problemas cotidianos, y por tanto, proporciona bienestar. Realizar talleres o actividades donde se aprenda a conocer las propias emociones y reconocimientode las de otras personas, va a favorecer desarrollar competencias emocionales: conciencia emocional, regulación emocional,[2] autogestión, inteligencia interpersonal, habilidades de vida y bienestar.[3]
Conviene distinguir entre inteligencia emocional, competencias emocionales[4], educación emocional[5], inteligencia interpersonal [6]
- Inteligencia emocional[7][8] es la capacidad para identificar las propias emociones y las de otras personas, usarlas para facilitar el pensamiento, comprender la complejidad de las emociones y regularlas de manera apropiada. Según esta definición, la inteligencia emocional es una construcción hipotética de la psicología que complementa la inteligencia, en sentido clásico, y la personalidad. Hay diferentes modelos de inteligencia emocional,[9] cosa que ha originado un debate entre quiénes defienden cada modelo y sus detractores. Nos referiremos a las aplicaciones prácticas que se derivan de este debate, que son las competencias emocionales. La inteligencia emocional también incluye una serie de componentes como la social, comunicación, comprensión social, juicio moral, solución de problemas sociales, empatía, expresividad, entre otros factores que definen la personalidad y comportamiento de las personas.[10]
- Las competencias emocionales[11] conforman la capacidad para gestionar de manera adecuada un conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para tomar conciencia, comprender, expresar y regular apropiadamente los fenómenos emocionales y afectivos. Un análisis más detallado de las competencias emocionales permite identificar la conciencia emocional, la regulación emocional, la autonomía emocional, la sociabilidad y las habilidades de vida para el bienestar (Bisquerra, 2009).
- La educación emocional[12] es, pues, ‘el proceso educativo que tiene como objetivo el desarrollo de competencias emocionales. Es un proceso que se inicia desde la primera infancia y está presente a lo largo de toda la vida’. La fundamentación teórica de la educación emocional no se limita a la inteligencia emocional, sino que toma en consideración otras referentes como por ejemplo las aportaciones de la neurociencia, la tradición de las competencias sociales, la autoestima, las investigaciones sobre el bienestar y la psicología positiva, etc. Se trata de un marco teórico amplio e integrador que fundamenta una propuesta de innovación educativa (Bisquerra y Pérez, 2007; Bisquerra, 2000). Cuando hablamos de educación no nos referimos exclusivamente a la escolarización, sino a la educación proveniente de la familia, de la sociedad, de los medios de comunicación, etc.
- Inteligencia interpersonal[6]capacidad para mantener buenas relaciones con otras personas. Implica dominar habilidades sociales básicas, el respeto a las demás, la comunicación receptiva, la comunicación expresiva, compartir emociones, el comportamiento pro-social y la asertividad.
La educación emocional es un proceso porque implica un tiempo (toda la vida, y no un día); y por otro lado, cambios que son progresivos en la adquisición de dichas habilidades. Es una enseñanza, dado que se basa en la transmisión de conocimientos y la corrección de lo erróneo (comportamientos agresivos, impulsivos o desadaptativos en general).
Por eso, hay algunos referentes[13] que hacen una distinción entre la educación emocional y el acompañamiento emocional: "Las emociones no se educan, no se enseñan como si fuera una materia de clase. Se comprenden y se acompañan. La educación emocional en la escuela debería ser una constante, no una asignatura y para que eso pase, debe haber acompañamiento emocional por parte de la persona adulta al alumnado".