Didona (tipografía)
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En tipografía, la familia de las Didonas, también conocidas como Romanas modernas, son el tipo de fuentes serifas que surgió a finales del siglo XVIII y fue el estilo estándar de impresión de uso general durante el siglo XIX. Se caracteriza por:[1]
- Tener serifas, las cuales son delgadas, lineares y con ángulos duros.
- Los ejes de modulación son totalmente verticales, se abandonan los ejes inclinados (que imitaban a la letra escrita).
- Cada una de las letras se forman de trazos verticales gruesos y trazos horizontales finos, entre cuyas anchuras hay una gran diferencia visual («contraste»), mucho más que en las romanas antiguas.
- Sin ornamentación, tendencia hacia la racionalización. Algunas terminaciones sin embargo cuentan con gota. Remates finos y totalmente horizontales.
El término «didona» surge de Didone, que es una acuñación de 1954, parte del sistema de clasificación Vox-ATypI. Es una acortación de Didot y Bodoni, dos reconocidos tipógrafos, el primero francés y el segundo italiano, fabricantes de los primeros tipos de letras de la hoy llamada familia de tipografías didonas, que fueron desarrolladas a principios del siglo XIX.[2] En aquella época y durante su auge, las didonas fueron conocidas como «romanas modernas» (modern o modern face), en oposición a las antiguas (old-style u old-face), las que nacen con la misma imprenta en época renacentista. Las didonas o romanas modernas son la culminación de un recorrido histórico iniciado con Gutenberg en 1450 que ha consistido básicamente en un proceso de deshacerse de la estética de la letra escrita a mano (caligrafía), hacia una mayor «racionalización» y «estilizamiento» de las formas.