Castilla y León
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Castilla y León[nota 5][nota 6] es una comunidad autónoma española, referida como «comunidad histórica y cultural» en su Estatuto de Autonomía.[nota 7] Se constituyó como preautonomía en 1978[14] y adquirió su estatus de comunidad autónoma en 1983, conformando finalmente un territorio situado en la parte norte de la Meseta Central de la península ibérica, que se corresponde mayoritariamente con la parte española de la cuenca hidrográfica del Duero. Está compuesta por nueve provincias: Ávila, Burgos, León, Palencia, Salamanca, Segovia, Soria, Valladolid y Zamora. Es la mayor comunidad autónoma de España en extensión y una de las regiones administrativas más extensas de Europa, con una superficie de &&&&&&&&&&094226.&&&&&094 226 km²,[1] la sexta más poblada a nivel nacional, con &&&&&&&&02383139.&&&&&02 383 139 habitantes en 2021.[15]
Castilla y León | ||||
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Comunidad autónoma | ||||
Himno: inexistente[nota 1] | ||||
Coordenadas | 41°45′16″N 4°46′55″O | |||
Capital | No declarada[nota 2] | |||
Idioma oficial | Castellano | |||
• Otros idiomas | Leonés y gallego (con reconocimiento estatutario)[nota 3] | |||
Entidad | Comunidad autónoma | |||
• País | España | |||
Parlamento Presidente |
Cortes de Castilla y León Alfonso Fernando Fernández Mañueco (PP) | |||
Subdivisiones |
9 provincias 2248 municipios | |||
Superficie | Puesto 1.º | |||
• Total | 94 226 km² (18,6 %)[1] | |||
Población (2022)[2] | Puesto 6.º | |||
• Total | 2 370 064 hab. | |||
• Densidad | 25,42 hab./km² | |||
Gentilicio |
castellanoleonés, -a[3] castellano y leonés, -a[4] | |||
PIB (nominal) | Puesto 7.º | |||
• Total | 64 226 642 € (2022)[5] | |||
• PIB per cápita | &&&&&&&&&&026992.&&&&&026 992 € (2022)[6] | |||
IDH (2021) | 0,906 (7.º) – muy alto | |||
Huso horario | UTC+01:00 | |||
• en verano | UTC+02:00 | |||
ISO 3166-2 | ES-CL | |||
Consideración | Histórica y cultural[4] | |||
Estatuto | 30 de noviembre de 2007[nota 4] | |||
Fiesta oficial | Día de Castilla y León | |||
Sitio web oficial | ||||
Ya desde el inicio del debate federalista en España en el siglo XIX durante la Primera República hubo proyectos de autonomía para una región castellana y leonesa (incluyendo también a las provincias de Santander y Logroño)[16][17]. El mismo proyecto siguió existiendo durante la Segunda República[18][19] y finalmente se llevó a cabo tras la Constitución de 1978, pero sin Santander ni Logroño que finalmente formaron autonomías uniprovinciales (Cantabria y La Rioja respectivamente), aunque durante un tiempo se consideró unirlas a posteriori.
Su Estatuto de Autonomía declara en su preámbulo:
La Comunidad Autónoma de Castilla y León surge de la moderna unión de los territorios históricos que componían y dieron nombre a las antiguas coronas de León y de Castilla. Hace mil cien años se constituyó el Reino de León, del cual se desgajaron en calidad de reinos a lo largo del siglo xi los de Castilla y Galicia y, en 1143, el de Portugal. Durante estas dos centurias los monarcas que ostentaron el gobierno de estas tierras alcanzaron la dignidad de emperadores, tal como atestiguan las intitulaciones de Alfonso VI y Alfonso VII.[4]
El Estatuto de Autonomía define una serie de valores esenciales y símbolos de los habitantes de Castilla y León, como su patrimonio lingüístico —aludiendo a la lengua castellana y al resto de lenguas habladas en la comunidad: el leonés y el gallego— o su patrimonio histórico, artístico y natural. Entre los símbolos se encuentran el blasón, la bandera, el pendón, el himno —pese a que no existe—, al tiempo que el 23 de abril queda definido como Día de Castilla y León, en conmemoración de la derrota sufrida por los ejércitos comuneros de las Comunidades de Villa y Tierra castellanas en Villalar durante la guerra de las Comunidades, en 1521.
El patrimonio de Castilla y León incluye: 9 bienes Patrimonio de la Humanidad,[20] casi 1800 bienes de interés cultural clasificados, 112 conjuntos históricos, 400 museos, más de 500 castillos, de los cuales 16 son considerados de alto valor histórico,[21][22][23] 12 catedrales, 1 concatedral,[24] y la mayor concentración de arte románico del mundo. Castilla y León constituye junto a la región italiana de la Lombardía la región del mundo con más bienes distinguidos con la máxima figura de protección que otorga la Unesco, con un total de 11 bienes.[25][26]
Asimismo, los montes de Valsaín y las sierras de Béjar y Francia, en el sistema Central, los valles de Laciana, Omaña y Luna y los Picos de Europa y Los Ancares, en la cordillera Cantábrica, y la Meseta Ibérica, en la zona fronteriza con Portugal, han sido declarados reserva de la biosfera por la Unesco,[27] que también reconoce el geoparque de Las Loras, al norte de la comunidad. Además, Castilla y León está fuertemente relacionada con tres de los registros del Programa Memoria del Mundo de la Unesco como son los Decreta de las Cortes de León de 1188, curia regia considerada cuna del parlamentarismo mundial por la propia institución,[28] el Archivo General de Simancas de la Corona de Castilla y el Tratado de Tordesillas.[29]
Por otra parte, en Castilla y León se encuentra en torno al 50 % de todo el patrimonio propiedad de la Iglesia católica en España.[30]
Su PIB per cápita sitúa a Castilla y León en el octavo puesto de España (INE 2016).[31] Su índice de desarrollo humano (0,909) es el séptimo mayor del país,[32] lo que se sitúa por encima de la media nacional (0,905).[33] El Índice de desarrollo de los servicios sociales refleja que la comunidad cuenta con uno de los mejores servicios sociales del país, situándose como la tercera autonomía que mejores prestaciones ofrece a sus ciudadanos, por detrás del País Vasco y Navarra.[34] Su educación, según el Informe PISA de 2015, encabeza las puntuaciones en lectura y ciencias con una valoración equiparable a la de los diez mejores países del estudio.[35]
El Estatuto de Autonomía de Castilla y León, reformado por última vez en 2007, establece en el artículo sexto de su título preliminar los símbolos de identidad exclusiva de la comunidad. Estos son: el blasón, la bandera, el pendón y el himno. Su protección jurídica es la misma que corresponde a los símbolos del Estado —cuyos ultrajes están tipificados como delito en el artículo 543 del Código Penal—.[4][36]
En el articulado estatuario, se define el escudo como sigue:[4]
El blasón de Castilla y León es un escudo timbrado por corona real abierta, cuartelado en cruz o contracuartelado. El primer y cuarto cuarteles: en campo de gules, un castillo de oro almenado de tres almenas, mamposteado de sable y aclarado de azur. El segundo y tercer cuarteles: en campo de plata, un león rampante de púrpura, linguado, uñado y armado de gules, coronado de oro.
Asimismo, la bandera queda descrita de la siguiente manera:[4]
La bandera de Castilla y León es cuartelada y contiene los símbolos de Castilla y León, conforme se han descrito en el apartado anterior. La bandera ondeará en todos los centros y actos oficiales de la Comunidad, a la derecha de la bandera española.
Ateniéndose a la misma redacción, el pendón está constituido por el escudo cuartelado sobre un fondo carmesí tradicional. El Estatuto expresa también: «El himno y los demás símbolos […] se regularán mediante ley específica». Tras la promulgación de la norma fundamental, dicha ley no fue promulgada, por lo que el himno no existe, pero de iure es símbolo de la autonomía.[4]
La comunidad autónoma de Castilla y León es el resultado de la unión en 1983 de nueve provincias: las tres que, tras la división territorial de 1833, por la que se crearon las provincias actuales, se adscribieron a la Región de León (Salamanca, Zamora y León) y seis adscritas a Castilla la Vieja (Burgos, Soria, Segovia, Ávila, Valladolid y Palencia), exceptuando en este último caso las provincias de Santander (actual comunidad de Cantabria) y Logroño (actual La Rioja).
En el caso de Cantabria se defendió la creación de una comunidad autónoma por motivos históricos, culturales y geográficos, mientras que en La Rioja el proceso resultó más complejo debido a la existencia de tres vías, fundamentadas todas ellas tanto en motivos históricos como socioeconómicos: unión a Castilla y León (Unión de Centro Democrático), unión a una comunidad vasco-navarra (Partido Socialista y Partido Comunista)[cita requerida] o creación de una autonomía uniprovincial, opción tomada ante el apoyo mayoritario de su población.
Varios son los hallazgos arqueológicos que muestran que en la prehistoria estas tierras estaban ya habitadas. En la sierra de Atapuerca se han encontrado gran cantidad de huesos de los ancestros del Homo sapiens, convirtiendo estos hallazgos en unos de los más importantes para determinar la historia de la evolución humana. El descubrimiento más importante y que catapultó el yacimiento a la fama internacional fue el de los restos de Homo heidelbergensis.
Durante el neolítico, se conoce que la submeseta norte estaba habitada y se ha encontrado diversa cultura material de la época. Dicha cultura material se conoce con el nombre de Las Cogotas.
Antes de la llegada de los romanos, se sabe que los territorios que conforman hoy Castilla y León estaban ocupados por diversos pueblos celtas, como los vacceos, los autrigones, los turmogos, los vetones, astures o celtíberos.
Con la llegada de las tropas romanas, se dieron enfrentamientos entre los pueblos prerromanos y estas. En la historia queda la resistencia de Numancia, cerca de la actual Soria.
La romanización fue imparable, y hasta nuestros días han quedado grandes obras de arte romanas, principalmente el Acueducto de Segovia así como muchos restos arqueológicos como los de la antigua Clunia, las Salinas de Poza de la Sal y la vía de la Plata, con origen en Astorga (Asturica Augusta) y que cruza el oeste de la comunidad hasta la capital de Extremadura, Mérida (Augusta Emerita).
Con la caída de Roma, las tierras fueron ocupadas militarmente por los pueblos visigodos. La posterior llegada de los musulmanes y la ulterior reconquista mucho tienen que ver con la actual composición étnica de la península ibérica. En la zona montañosa de la actual Asturias se formó un pequeño reino cristiano que se oponía a la presencia islámica en la Península. Se proclamaban herederos de los últimos reyes visigodos, que a su vez habían sido profundamente romanizados. Esta resistencia de herencia visigodo-romana y apoyada en el cristianismo, fue haciéndose cada vez más fuerte y expandiéndose hacia el sur, pasando su capital a la ciudad de León y creando así el Reino de León. Para favorecer la repoblación de las nuevas tierras reconquistadas, se concedían por parte de los monarcas fueros o cartas de repoblación. Los foramontanos serían esas gentes que desde las montañas de Asturias y Cantabria se asentaron en la submeseta norte. El primer fuero que se conoce y que confirma dicho proceso es el fuero de Brañosera.
En la Edad Media se popularizó la peregrinación por parte de la cristiandad a Santiago de Compostela. El Camino de Santiago transcurre a lo largo de la región, lo que contribuyó a que la cultura europea viajara y se expandiera por la península. Hoy en día dicho Camino sigue siendo un reclamo turístico y cultural de primer orden.
En 1188 la basílica de San Isidoro de León había sido sede de las primeras Cortes de la historia de Europa con participación del Tercer Estado. El rey que las convocó fue Alfonso IX.
La base jurídica era el Derecho romano, debido a lo cual los reyes cada vez querían más poder, a semejanza de los emperadores romanos. Este hecho se ve muy claramente ya en las Siete Partidas de Alfonso X el Sabio, que deja claro el monismo imperial que buscaba. El rey no quería ser un primus inter pares, el rey era la fuente del derecho.
Simultáneamente, un condado de este reino cristiano de León, empieza a adquirir autonomía y a expandirse. Se trata del primigenio Condado de Castilla, que crecerá hasta convertirse en un verdadero reino de gran pujanza entre los reinos cristianos peninsulares. El primer conde castellano fue Fernán González.
León y Castilla se siguieron expandiendo hacia el sur, incluso más allá del Duero con su finalidad de lucha y reconquista contra el islam. Estamos en la plena Edad Media y los cantares de gesta narran las grandes hazañas de los nobles cristianos que luchaban contra el enemigo musulmán. A pesar de ello, los reyes cristianos y musulmanes mantenían relaciones diplomáticas. Claro ejemplo es Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, paradigma del caballero medieval cristiano, que luchó tanto de la mano de los reyes cristianos como de los musulmanes.
Las bases de la unificación dinástica de los reinos de Castilla y León, separados tan solo siete décadas, se habían puesto en 1194. Alfonso VIII de Castilla y Alfonso IX de León firmaron en Tordehumos el tratado por el que se pacificaba la zona de Tierra de Campos y se ponían las bases de una futura reunificación de los reinos,[cita requerida] consolidada en 1230 con Fernando III el Santo. Este acuerdo ha pasado a la historia como el Tratado de Tordehumos. Ya con Fernando III, Castilla y León se unen bajo un mismo rey de manera definitiva y hasta nuestros días, y antes de él los reinos ya habían permanecido bajo el mismo mando durante algunas temporadas. Las Cortes de Castilla y de León se unificaron tras un periodo en el que habían permanecido separadas, confirmando así la unidad territorial.
Durante la Baja Edad Media se dio una crisis económica y política producida por una serie de malas cosechas y por las disputas entre nobles y la Corona por el poder, así como entre distintos contendientes por el trono. En las Cortes de Valladolid de 1295, Fernando IV es reconocido como rey. La obra María de Molina presenta a su hijo Fernando IV en las Cortes de Valladolid de 1295 preside hoy el Congreso de los Diputados junto a un cuadro de las Cortes de Cádiz, enfatizando la importancia parlamentarista que tiene todo el desarrollo de Cortes en Castilla y León, a pesar de su posterior decadencia. La Corona fue haciéndose más autoritaria y la nobleza más dependiente de esta.
La reconquista siguió avanzando en esta pujante Corona de Castilla, y se culminó con la rendición del Reino nazarí de Granada, último reducto musulmán en la Península. En esta época, los reyes ya habían adquirido gran poder, estableciéndose así la época de las monarquías autoritarias.
Los Reyes Católicos se repartieron las rutas marítimas y el Nuevo Mundo con la corona portuguesa en el Tratado de Tordesillas.
Ya en la Edad Moderna con la llegada de una nueva dinastía, los Habsburgo, Castilla cayó en una guerra civil, las Comunidades de Castilla. Los monarcas austro-borgoñones traían una visión imperial que a vista de los castellanos no beneficiaba a esta tierra. Los nuevos monarcas, además, ansiaban ya no una monarquía autoritaria, si no la absoluta, y las Cortes medievales representadas por los tres estados solo suponían un estorbo para esas ambiciones. Finalmente los comuneros fueron derrotados y los Habsburgo afianzaron su poder.
La submeseta norte tuvo un momento económico álgido al principio de la Edad Moderna, con la capitalidad del reino para Valladolid y la producción de lana que iba hacia Flandes.
Sin embargo, tras el paso definitivo de la capitalidad para Madrid y debido al endeudamiento del reino en diversas guerras europeas, los siglos XVII y XVIII fueron de decadencia para el territorio. Dicho proceso de empezó a mitigar levemente con las primeras Sociedades de Amigos del País, la primera industrialización en torno a las fábricas de harinas y proyectos ilustrados como el Canal de Castilla.
Sin embargo, dicho proceso se vio relegado por la Guerra de la Independencia Española contra la Francia de Napoleón. La batalla de Arapiles fue un momento importante de dicha guerra, así como hubo líderes de las guerrillas importantes como El Empecinado.
El siglo XIX fue el de la conformación de España como nación constitucional. Evaristo Pérez de Castro fue presidente del Consejo de Ministros de España durante el reinado de Isabel II. Se produce una segunda industrialización en torno al ferrocarril y la minería en las zonas nortes de León y Palencia (véase Cuenca minera palentina). En 1836 se suprime el Consejo de la Mesta. En términos generales, nos encontramos con una región eminentemente agrícola y rural, donde la mayoría de los núcleos de población más importantes están en decadencia y la industrialización ha pasado mayoritariamente de largo.
Manuel Ruiz Zorrilla fue presidente del Consejo de Ministros y tuvo un papel importante en la política española durante el Sexenio Democrático. Es en esta época donde los primeros intentos de descentralización se producen en España, surgiendo también tendencias regionalistas y federalistas que dieron como resultado el Pacto Federal Castellano promovido por el Partido Republicano Federal y el proyecto de Mancomunidad Castellana ya en tiempos de la Restauración borbónica.
Ya en el siglo XX nos encontramos con una tendencia de abandono rural que había empezado a finales del XIX hacia Madrid y los polos industriales de España, como el País Vasco o Cataluña. El proceso de despoblación ha tenido efectos duraderos en la comunidad, con consecuencias que llegan hasta nuestros días.
Dicha tendencia se vio levemente mitigada en torno al polo industrial Burgos-Palencia-Valladolid y gracias a la industria del automóvil, que permitió a Valladolid ganar población a diferencia del resto de la comunidad durante la segunda mitad del siglo XX.
La crisis económica de comienzos del siglo XXI y el envejecimiento de la población, así como el escaso peso industrial en la comunidad y el proceso de metropolización de España en Madrid, sigue provocando la pérdida de población generalizada de la comunidad. Sin embargo, los índices de desarrollo humano están por encima de la media española.
Antecedentes de la autonomía
En junio de 1978, Castilla y León obtuvo el régimen preautonómico, mediante la creación del Consejo General por el Real Decreto-ley 20/1978, de 13 de junio.[14]
En tiempos de la Primera República (1873-1874), los republicanos federales concibieron el proyecto de crear un único estado federado de once provincias en el valle del Duero español, que además hubiera comprendido las provincias de Santander y Logroño.[16] Muy pocos años antes, en 1869, como parte de un manifiesto, republicanos federales representantes de las 17 provincias de Albacete, Ávila, Burgos, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, León, Logroño, Madrid, Palencia, Salamanca, Santander, Segovia, Soria, Toledo, Valladolid y Zamora propusieron en el llamado Pacto Federal Castellano la conformación de un ente formado por dos «estados» diferentes: el estado de Castilla la Vieja —que habría estado constituido por las actuales provincias castellanas y leonesas junto con las de Logroño y Santander—, y el estado de Castilla la Nueva —que se habría conformado por las actuales provincias de Castilla-La Mancha más la provincia de Madrid—.[39][40] El fin de la República, a principios de 1874, dio al traste la iniciativa.[17]
En 1921, con motivo del cuarto centenario de la batalla de Villalar, el Ayuntamiento de Santander abogó por la creación de una mancomunidad castellanas y leonesa de once provincias, idea que se mantendría en años posteriores. A finales de 1931 y principios de 1932, desde León, Eugenio Merino elaboró un texto en el que ponía las bases de un regionalismo castellanoleonés. El texto se publicó en el Diario de León.[18]
Durante la Segunda República, sobre todo en 1936, hubo una gran actividad regionalista favorable a una región de once provincias, e incluso se llegaron a elaborar unas bases de Estatuto de Autonomía. El Diario de León abogó por la formalización de esta iniciativa y la constitución de una región autónoma con estas palabras:
Unir en una personalidad a León y Castilla la Vieja en torno a la gran cuenca del Duero, sin caer ahora en rivalidades pueblerinas.Diario de León, 22 de mayo de 1936.
El final de la Guerra Civil y el inicio del régimen franquista acabó con las aspiraciones de la autonomía para la región. El filósofo José Ortega y Gasset recogió dicho esquema en sus publicaciones.[41]
Tras la muerte de Francisco Franco, surgieron organizaciones regionalistas, autonomistas y nacionalistas (regionalismo castellanoleonés y nacionalismo castellano) como Alianza Regional de Castilla y León (1975), Instituto Regional de Castilla y León (1976) o el Partido Autonómico Nacionalista de Castilla y León (1977). Posteriormente tras la extinción de estas formaciones surgió en 1993 Unidad Regionalista de Castilla y León.[42]
Paralelamente surgieron otras de carácter leonesista como el Grupo Autonómico Leonés (1978) o el Partido Regionalista del País Leonés (1980), que propugnaban la creación de una comunidad autónoma leonesa, integrada por las provincias de León, Salamanca y Zamora. El apoyo popular y político que mantuvo la autonomía uniprovincial en León llegó a ser muy importante en aquella ciudad.[cita requerida]
Tras la entrada en funcionamiento del órgano preautonómico castellanoleonés, a cuya creación contribuyó la Diputación Provincial de León en su acuerdo del 16 de abril de 1980, la misma institución leonesa revocó en 13 de enero de 1983 su primigenio acuerdo, justo cuando el proyecto de Ley Orgánica entraba en el parlamento español. La existencia de acuerdos contradictorios y cuál era el válido fue resuelta por el Tribunal Constitucional en la Sentencia 89/1984, de 28 de septiembre, en su fundamento de derecho declara que el sujeto del proceso no está integrado ya, como en su fase de impulsión preliminar, por las diputaciones y municipios, sino que es un nuevo órgano que nace porque ya se ha manifestado la voluntad impulsora y que expresa ahora la del territorio en su conjunto; y esa voluntad ya tiene un objeto distinto, el régimen jurídico futuro del territorio que ya ha manifestado su voluntad de constituirse en comunidad autónoma mediante actos de iniciativa que ya han agotado sus efectos.
Coincidiendo con aquella sentencia, se produjeron en León diferentes manifestaciones, algunas numerosas, a favor de la opción León solo, que según algunas fuentes congregó a un número cercano a los &&&&&&&&&&090000.&&&&&090 000 asistentes,[43] siendo esta la mayor concentración celebrada en la ciudad en la Democracia hasta la posterior de repulsa a los atentados del 11 de marzo de 2004.[44]
En acuerdo adoptado el 31 de julio de 1981, la Diputación Provincial de Segovia decide ejercitar la iniciativa para que Segovia pudiera constituirse en comunidad autónoma uniprovincial, pero en los municipios de la provincia la situación estaba igualada entre los partidarios de la autonomía uniprovincial o con el resto de Castilla y León.
El ayuntamiento de Cuéllar inicialmente se adhirió a esta iniciativa autonómica en acuerdo adoptado por la corporación el 5 de octubre de 1981. Sin embargo otro acuerdo adoptado por la misma corporación con fecha del 3 de diciembre del mismo año revocó el anterior y el proceso quedó paralizado a la espera de la tramitación de un recurso interpuesto por la diputación provincial contra este último acuerdo este cambio de opinión del ayuntamiento de Cuéllar inclinó la balanza en la provincia hacia la autonomía con el resto de Castilla y León, pero fue un acuerdo que llegó fuera de plazo. Finalmente la provincia de Segovia se incorporó a Castilla y León junto con las otras ocho provincias y se dio cobertura legal mediante la Ley Orgánica 5/1983, por «motivos de interés nacional», según prevé el artículo 144 c) de la Constitución española para aquellas provincias que no hayan ejercido su derecho a tiempo.
Hoy en día, la Fundación Villalar se encarga la realización de actividades culturales sobre el arte, la cultura o las señas de identidad de Castilla y León.[45]
La comunidad concede cada año, con ocasión del Día de Castilla y León, los Premios Castilla y León a los castellanoleoneses destacados en las siguientes áreas: artes, valores humanos, investigación científica, ciencias sociales, restauración y conservación, medio ambiente y deportes.[46]
Castilla y León es una comunidad autónoma sin salida al mar que se encuentra situada en el cuadrante noroccidental de la península ibérica. Su territorio limita al norte con las comunidades uniprovinciales del Principado de Asturias y Cantabria además de con el País Vasco (Vizcaya y Álava); al este con la comunidad uniprovincial de La Rioja y con Aragón (provincia de Zaragoza), al sur con la Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha (provincias de Toledo y Guadalajara) y Extremadura (provincia de Cáceres) y al oeste con Galicia (provincias de Lugo y Orense) y Portugal.
Mapa de Castilla y León
Orografía
La morfología de Castilla y León está formada, en su mayor parte, por la Meseta y un cinturón de relieves montañosos. La Meseta es una altiplanicie, que tiene una altitud media cercana a los 800 m sobre el nivel del mar, está cubierta por materiales arcillosos depositados que han dado lugar a un paisaje seco y árido.
Siguiendo la morfología de la zona se pueden observar: al norte, las montañas de las provincias de Palencia y de León con cumbres altas y espigadas y las montañas de la provincia de Burgos, divididas en dos partes por el desfiladero de Pancorbo, vía de unión entre el País Vasco y Castilla. De estas, la parte norte pertenece a la cordillera Cantábrica y llega hasta la ciudad de Burgos. La zona este-sureste, perteneciente al sistema Ibérico. En la parte noroeste se extienden las montañas de Zamora, con picos amesetados por la erosión. Al este, en las montañas sorianas, se puede apreciar el sistema Ibérico, presidido por el Moncayo, su cumbre más alta. Separando la Meseta septentrional de la meridional, al sur, se levanta el sistema Central, donde se encuentran las sierras de Gata, Francia, Béjar y Gredos en la mitad oeste y las de Ávila, Guadarrama, Somosierra y Ayllón en la mitad este.
Geología
La Meseta septentrional está constituida por zócalos paleozoicos. Al principio del Mesozoico, una vez finalizado el plegamiento herciniano que elevó la actual Centroeuropa y la zona galaica de España, los materiales depositados fueron arrastrados por la acción erosiva de los ríos.
Durante el plegamiento alpino, los materiales que formaban la meseta se rompieron por múltiples puntos. De esta fractura se elevaron los montes de León, con montañas de no mucha altura y, constituyendo la espina dorsal de la Meseta, la cordillera Cantábrica y el sistema Central, formado de materiales como el granito o las pizarras metamórficas.
El complejo kárstico de Ojo Guareña, formado por 110 km de galerías[47] y sus cuevas formadas en materiales carbonáticos del Coniaciense que se sitúan sobre un nivel de margas impermeables, es el segundo más grande de la península.
Esta configuración geológica ha permitido afloramientos de agua minero-medicinal y/o termal, aprovechados ahora o en el pasado, en Almeida de Sayago, Boñar, Calabor, Caldas de Luna, Castromonte, Cucho, Gejuelo del Barro, Morales de Campos, Trescasas, Valdelateja y Villarijo, entre otros lugares.[48]
Hidrografía
Ríos
- Cuenca hidrográfica del Duero
La principal red hidrográfica de Castilla y León está constituida por el río Duero y sus afluentes.
Desde su nacimiento en los Picos de Urbión, en Soria, hasta su desembocadura en la ciudad portuguesa de Oporto, el Duero recorre &&&&&&&&&&&&0897.&&&&&0897 km. Del norte descienden el río Pisuerga, el río Valderaduey y el río Esla, sus afluentes más caudalosos y por el este, con menor agua en sus caudales, destacan el río Adaja y el río Duratón. Después de pasar la ciudad de Zamora, el Duero se encajona entre los cañones del parque natural de Arribes del Duero, haciendo frontera con Portugal. Por la margen izquierda le llegan importantes afluentes como el río Tormes, el río Huebra, el río Águeda, el río Coa y el río Paiva, todos procedentes del sistema Central. Por la derecha le llegan el río Sabor, el río Túa y el río Támega, nacidos en el macizo Galaico. Pasada la zona de Arribes, el Duero gira hacia el oeste adentrándose en Portugal hasta desembocar en el océano Atlántico.
- Otras cuencas hidrográficas
Varios ríos de la comunidad vierten sus aguas a la cuenca del Ebro, en Palencia, Burgos y Soria (río Jalón), la del Miño-Sil en León y Zamora, la del Tajo en Ávila y Salamanca (río Tiétar y río Alberche, y río Alagón respectivamente) y la cuenca hidrográfica cantábrica en las provincias por las que se extiende la cordillera Cantábrica.
Río | Capital | Desembocadura | Otras localidades por donde pasa |
---|---|---|---|
río Adaja | Ávila | río Duero | Arévalo |
río Arlanzón | Burgos | río Arlanza en Quintana del Puente | Arlanzón y Pampliega |
río Bernesga | León | río Esla | La Robla |
río Carrión | Palencia | río Pisuerga en Dueñas | Guardo y Carrión de los Condes |
río Tormes | Salamanca | río Duero en Fermoselle-Villarino | El Barco de Ávila, La Horcajada, Guijuelo, Alba de Tormes y Ledesma |
río Eresma | Segovia | río Adaja en Matapozuelos | Coca |
río Duero | Soria y Zamora | Océano Atlántico en Oporto | Almazán, Aranda de Duero, Tordesillas, Toro, Aldeadávila de la Ribera y Vilvestre |
río Pisuerga | Valladolid | río Duero en Geria | Aguilar de Campoo, Cervera de Pisuerga, Venta de Baños, Dueñas, Tariego de Cerrato y Simancas |
Lagos y embalses
Además de los ríos, la cuenca del Duero también alberga gran cantidad de lagos y lagunas como la laguna Negra, en los Picos de Urbión, la laguna Grande, en Gredos, el lago de Sanabria, en Zamora, o la laguna de la Nava, en Palencia. También destacan una gran cantidad de embalses, alimentados por el agua proveniente de las lluvias y el deshielo de las cumbres nevadas. Así pues, Castilla y León, a pesar de no tener unas precipitaciones lluviosas abundantes es una de las comunidades de España con más nivel de agua embalsada.
Muchos de esos lagos naturales están siendo utilizados como recurso económico, potenciando el turismo rural y ayudando a conservar los ecosistemas. El Lago de Sanabria fue pionero en ello.[cita requerida]
Clima
Castilla y León tiene un clima mediterráneo continentalizado, con inviernos largos y fríos, con temperaturas medias de entre 3 y 6 °C en enero y veranos cortos y calurosos (medias de 19 a 22 °C), pero con los tres o cuatro meses de aridez estival característicos del clima mediterráneo. La pluviosidad, con una media de 450-500 mm anuales, es escasa, acentuándose en las tierras más bajas.
- Factores climáticos
En Castilla y León el frío se extiende de forma casi continuada durante gran parte del año, siendo un elemento bien característico de su clima. Los períodos más fríos del invierno se asocian a invasiones de un frente polar continental y a coladas de aire ártico marino, raro es que con ellas no se alcancen temperaturas del orden de los -5 °C a -10 °C. Asimismo, en situaciones de anticiclón, en el interior de la región motivan las persistentes nieblas, creando situaciones de frío prolongadas por procesos de radiación. Son típicas las olas de frío intenso de los meses centrales del invierno mostrando una particular tendencia a producirse desde la segunda quincena de diciembre a la primera de febrero. Durante su transcurso se producen las temperaturas mínimas más extremas, cuyos valores varían entre los -10 °C y -13 °C de su sector más occidental y los -15 °C y -20 °C de las llanuras centrales y altas parameras. Los registros más bajos contabilizados alcanzan los -22 °C de Burgos, -21,9 °C en Coca (Segovia), -20,4 °C en Ávila, -20 °C en Salamanca y -19,2 °C en Soria. La elevada altitud de la Meseta y sus montañas acentúa el contraste entre las temperaturas del invierno y el verano, así como las del día y la noche.[49]
Debido a las barreras montañosas que rodean Castilla y León, los vientos marítimos quedan frenados, deteniendo de ese modo las precipitaciones. Debido a eso, las lluvias caen de una manera muy desigual en el territorio castellano y leonés. Mientras que en el centro de la cuenca del Duero se registra una media anual de 450 mm, en las comarcas occidentales de los montes de León, la cordillera Cantábrica y la zona sur de las provincias de Ávila y Salamanca, las precipitaciones llegan a los 1500 mm al año, con un máximo de 3400 mm anuales en la parte occidental de la Sierra de Gredos, en el macizo de Candelario-Béjar, lo que convierte a esta zona en la más lluviosa no solo de España, sino de la península ibérica.[50]
- Regiones climáticas
Aunque Castilla y León está encuadrada dentro del clima continental, en sus tierras se distinguen distintos dominios climáticos:[51]
- Según la clasificación climática de Köppen, una gran parte de la comunidad autónoma se encuadra en las variantes Csb o Cfb, con la media del mes más cálido por debajo de los 22 °C pero superior a los 10 °C durante cinco o más meses.
- En varias zonas de la meseta central el clima se clasifica como Csa (mediterráneo cálido), por sobrepasarse los 22 °C durante el verano
- En cotas elevadas de la cordillera Cantábrica y zonas de montaña, se da un clima templado frío con temperaturas medias menores de 3 °C en los meses más fríos y veranos secos (Dsb o Dsc).
Ecología
El Centro Nacional de Educación Ambiental tiene sede en Valsaín, provincia de Segovia. Sus líneas de trabajo se centran en la recopilación y difusión de información especializada en educación ambiental; en el diseño y desarrollo de programas de sensibilización y participación ciudadana; en la elaboración de materiales educativos y exposiciones; en la organización y apoyo a seminarios y otros foros de reflexión y debate; en el desarrollo y ejecución de acciones de formación ambiental; y en la cooperación con otras entidades públicas y privadas para la promoción de la educación ambiental.
Flora
Castilla y León tiene muchos espacios naturales protegidos. Colabora activamente con el programa de la Unión Europea Red Natura 2000, y el 25 % de la superficie de la red se encuentra en esta región. También existen algunas zona de especial protección para las aves o ZEPA. Las encinas (Quercus ilex) y sabinas (Juniperus secc. Sabina) solitarias que ahora dibujan la llanura castellanoleonesa son restos de los bosques que cubrieron hace tiempo estas mismas tierras. Las explotaciones agropecuarias, debido a la necesidad de tierras para el cultivo del cereal y de pastos para los inmensos rebaños de la mesta castellana, supuso la deforestación de estas tierras durante la Edad Media. Los últimos bosques castellanos y leoneses de sabinas se encuentran en las provincias de León, Soria y Burgos. Son bosques poco frondosos que pueden formar comunidades mixtas con encinas, quejigos (Quercus faginea) o pinos (Pinus).
La vertiente castellano y leonesa de las montañas cantábricas y las estribaciones del norte del sistema Ibérico cuentan con una rica vegetación. Las laderas más húmedas y frescas están pobladas por grandes hayedos, cuyas áreas de extensión pueden alcanzar los 1500 m sobre el nivel del mar de altitud. A su vez, el haya (Fagus) forma bosques mixtos con el tejo (Taxus baccata), el serbal (Sorbus), el mostajo (Sorbus aria), el acebo (Ilex aquifolium) y el abedul (Betula). En las laderas de solana proliferan el roble albar (Quercus petraea), el carballo (Quercus robur), el fresno (Fraxinus), el tilo (Tilia), el castaño (Castanea sativa), el abedul y el pinar de Lillo (Pinus sylvestris), una especie típica del norte de la provincia de León.
En las laderas inferiores del sistema Central perviven amplias extensiones de encinar. A un nivel superior, entre los 1000 y 1100 m s. n. m., abundan los castañares. Por encima de ellos predomina el melojo (Quercus pyrenaica), muy resistente a los fríos, cuyo estrato se prolonga hasta los &&&&&&&&&&&01700.&&&&&01700 m s. n. m. Sin embargo, muchos robledales han desaparecido, talados por el hombre y sustituidos por pinos de repoblación. Los principales pinares nativos se encuentran en la sierra de Guadarrama. Las zonas subalpinas situadas entre los 1700 y los &&&&&&&&&&&02200.&&&&&02200 m s. n. m. acogen matorrales de piornos y enebros (Juniperus).
Buena parte de la provincia de Salamanca, sobre todo en las comarcas del Campo Charro y Ciudad Rodrigo, está ocupada por dehesas, un tipo de bosque parecido al de las sabanas africanas, con encinas, alcornoques (Quercus suber), quejigos y rebollos (Quercus pyrenaica). La provincia de Salamanca y la de Valladolid en la región de Rueda cuenta también con los únicos olivares castellanoleoneses, ya que estos árboles no crecen en ninguna de las otras regiones de la comunidad. También cabe destacar las regiones vinícolas con vinos de muy buena calidad como pueden ser los de Toro, los de Ribera del Duero (Valladolid, Burgos, Soria) los de Rueda, o los de Cigales.
Fauna
Castilla y León presenta una gran diversidad faunística. Existen numerosas especies y algunas de ellas tienen especial interés por su singularidad, como algunas especies endémicas, o bien por su escasez como por ejemplo el oso pardo. Se han contabilizado 418 especies de vertebrados, que constituyen el 63 % de todos los vertebrados que habitan en España. Animales adaptados a la vida en la alta montaña, habitantes de roquedos, moradores de cursos fluviales, especies de llanura y residentes forestales forman el mosaico de la fauna castellana y leonesa.
El aislamiento a que están sometidas las altas cumbres propicia la existencia de abundantes endemismos como es el caso de la cabra montés (Capra pyrenaica victoriae), que en Gredos constituye una subespecie única en la Península. El topillo nival (Microtus nivalis) es un gracioso micromamífero de color pardo grisáceo y larga cola que vive en espacios abiertos por encima del límite de los árboles.
Pequeños y grandes mamíferos como ardilla, lirón, topo, marta, garduña, zorro, gato montés, lobo, bastante abundantes en algunas áreas, jabalí, ciervo, corzo y, únicamente en la cordillera Cantábrica, algunos ejemplares de oso pardo suelen frecuentar los bosques caducifolios, aunque algunas especies se extienden también a los bosques de coníferas y al monte bajo. En 2018, la población osera creció en Castilla y León, que cuenta con 13 osas y 21 crías, repartida entre las provincias de Palencia y León.[52] El gato montés (Felis silvestris) es ligeramente mayor que un gato doméstico, tiene la cola corta y robusta, con anillos oscuros y el pelaje rayado. El lince ibérico (Lynx pardina), sin embargo, vive casi únicamente en zonas de matorral mediterráneo.
También se encuentran en este ambiente pequeños reptiles como la culebra de escalera (Rhinechis scalaris), la culebra lisa meridional (Coronella girondica) y la culebra de Esculapio (Zamenis longissimus). La culebra lisa europea (Coronella austriaca) puede encontrarse desde el nivel del mar hasta los 1800 m s. n. m. y en la comunidad tiende a vivir en las alturas. Más arriba todavía, en las zonas rocosas del piso subalpino a unos 2400 m s. n. m. vive la lagartija serrana (Lacerta monticola cyreni), uno de los pocos reptiles adaptados a estas alturas.
En los ríos de montaña viven las nutrias y los desmanes y en sus aguas las truchas, las anguilas, los piscardos y algunos de los cada vez más escasos cangrejos de río autóctonos. La nutria (Lutra lutra) y los desmanes (Galemys pyrenaica) son dos mamíferos de hábitos acuáticos y muy buenos nadadores. La nutria se alimenta principalmente de peces, mientras que el desmán busca su comida entre los invertebrados acuáticos que habitan en el lecho de los ríos. En tramos inferiores de aguas más tranquilas nadan los barbos y las carpas. Entre los anfibios, los tritones y como especies destacables: la salamandra de Almanzor (Salamandra salamandra almanzoris) y el sapo de Gredos (Bufo bufo gredosicola), que son dos subespecies endémicas del sistema Central.
Donde los ríos se encajonan formando hoces y cañones viven sobre las rocas las aves rupícolas como el buitre leonado, el buitre negro, el alimoche, el águila real o el halcón peregrino. El alimoche (Neophron percnopterus), un buitre de pequeño tamaño, es de color blanquinegro con la cabeza amarilla. Aguas abajo y en sus orillas entre la exuberante vegetación forman sus colonias los martinetes y las garzas reales y se encuentra el reyezuelo, el pájaro moscón, la abubilla y el martín pescador.
Entre las aves que pueblan los bosques mediterráneos abiertos viven dos especies en peligro de extinción: la cigüeña negra (Ciconia nigra) y el águila imperial ibérica (Aquila adalberti). La cigüeña negra, mucho más rara que su congénere la cigüeña blanca (Ciconia ciconia), es de hábitos solitarios y vive alejada del hombre. El águila imperial ibérica anida en los árboles y se alimenta sobre todo de conejos, pero también de aves, reptiles y carroña.
En los bosques de coníferas viven entre otros el agateador, el carbonero garrapinos y el trepador azul (Sitta europaea), un pájaro de dorso gris y flancos rojizo-anaranjados que anida en agujeros a los que estrecha la entrada con barro. El urogallo (Tetrao urogallus) es un gallo muy oscuro y grande que vive en ambientes forestales, por lo que es muy difícil observarlo. Entre las rapaces forestales se encuentran el azor, el gavilán o el cárabo, que atacan con frecuencia a otras aves de menor tamaño como arrendajos, pitos, pinzones, picapinos y currucas.
La avutarda (Otis tarda) frecuenta las llanuras despejadas con cultivos de secano; es de gran tamaño y tiene la cabeza y cuello grisáceos y el dorso pardo. En los humedales castellanos y leoneses se concentran durante el invierno numerosos ejemplares de Ánsar común (Anser anser), que se reproduce en el norte de Europa y visita la zona en invierno.
Es destacable en el estudio científico y su divulgación el naturalista Félix Rodríguez de la Fuente (1928-1980), natural de la localidad burgalesa de Poza de la Sal. Tuvo una gran labor investigadora y dio el salto a la fama con la serie de televisión El Hombre y la Tierra (TVE).
En la Montaña Palentina, en el municipio de San Cebrián de Mudá, se está llevando a cabo un programa de reintroducción del bisonte europeo,[53] animal que llevaba unos 1000 años sin presencia en la península ibérica, con motivo de evitar la extinción de la especie.