Bacteria púrpura
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Las bacterias púrpuras, también llamadas bacterias púrpuras fotosintéticas o bacterias rojas, son proteobacterias fotótrofas, esto es, capaces de producir energía a través de la fotosíntesis. Poseen pigmentos de bacterioclorofila a o b, junto con varios carotenoides. Estos les proporcionan unos colores que incluyen el rojo púrpura, rojo vino, rojo, coloraciones amarronadas, color durazno, beige, oliva y rosado. La fotosíntesis tiene lugar en centros reactivos sobre la membrana celular, la cual se dobla dentro de la célula para formar sacos, tubos u hojas, incrementando la superficie disponible; para ello utiliza energía solar, pero a diferencia de algas y plantas que usan luz solar, las bacterias púrpuras usan radiación infrarroja.[1]
Las bacterias púrpuras son principalmente fotoautótrofas, pero también se sabe que pueden ser quimioautótrofas o fotoheterótrofas . Pueden ser además mixótrofas, capaces de respiración aerobia y fermentación.[2]
Como la mayoría de las demás bacterias fotosintéticas, las bacterias púrpuras no producen oxígeno porque el agente reductor implicado en la fotosíntesis no es el agua. En algunas, llamadas bacterias púrpuras del azufre, el agente reductor es sulfuro o azufre; en otras, llamadas bacterias púrpuras no del azufre, típicamente es hidrógeno aunque algunas pueden utilizar otros compuestos en cantidades pequeñas. En el pasado los distintos grupos eran consideradas familias, pero los árboles de ARN indican que las bacterias púrpuras comprenden una variedad de grupos separados, cada uno más relacionado con proteobacterias no-fotosintéticas que con los otros grupos.