Anexo:Sinfonías espurias o de dudosa autenticidad de Wolfgang Amadeus Mozart
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Esta lista de sinfonías espurias o de dudosa autenticidad de Wolfgang Amadeus Mozart contiene treinta y nueve obras sinfónicas atribuidas en un principio al compositor austriaco, y posteriormente probadas como espurias o sobre cuya autenticidad se tienen continuas dudas. No se conoce con precisión el número real de sinfonías escritas por Mozart; de las cuarenta y uno formalmente numeradas, hay tres (números 2, 3 y 37) de las que se sabe sin ninguna duda que pertenecen a otros compositores; por otra parte, los especialistas no están seguros acerca de la autoría de la n.º 11. Sin embargo, aparte de la secuencia aceptada de sinfonías números 1-41, existen otras veinte sinfonías auténticas de Mozart[lower-alpha 1] y, además de estas, una larga lista de composiciones problemáticas que no han sido autenticadas como obras de Mozart. Algunas de estas composiciones pueden ser auténticas; de hecho, las obras dudosas son tratadas con frecuencia como auténticas por quienes elaboran ediciones recopilatorias.[lower-alpha 2] No obstante, algunas han sido aceptadas durante mucho tiempo como obras de otros compositores, los cuales han sido identificados en muchos casos.
Muchas de las dificultades de autenticación surgen con las sinfonías tempranas de Mozart, de las que se han perdido las partituras autógrafas. En algunas ha desaparecido completamente el cuerpo principal de la obra, y solo sabemos de su existencia a raíz de que se ha conservado el íncipit (anotación de los primeros compases) catalogado por Breitkopf und Härtel, que publicó la Alte Mozart-Ausgabe (AMA) en 1883. Los informales métodos dieciochescos de publicación y distribución de obras musicales es, asimismo, causa de confusión. Los errores de catalogación, basados en información inadecuada, y en ocasiones una impaciencia excesiva por atribuir nuevos descubrimientos a Mozart, han agravado el problema. Sin embargo, la lista de sinfonías «espurias y dudosas» no es fija, en tanto que pueden surgir nuevas evidencias que lleven a la autenticación de las obras dudosas, de la misma manera que, en un futuro, sinfonías generalmente aceptadas como auténticas de Mozart podrían ser calificadas como dudosas o incluso ser consideradas espurias.